BuscandoRespuestas
Actualidad médicaDestacadaSalud

La nueva amenaza del coronavirus es brasileña, se llama P.1 y es muy preocupante

  • Ha aparecido a finales de diciembre en la ciudad de Manaos, donde ha dejado un impresionante reguero de infección y muerte
  • El linaje P.1 puede escapar de los anticuerpos neutralizantes, por lo que aparece por primera vez el riesgo de reinfecciones
  • El epidemiólogo de Harvard, William Hanage, afirma que debemos tomarla en serio y los datos demuestran que es correcto estar preocupados

03 marzo, 2021


Sergio F. Núñez

La nueva amenaza del coronavirus tiene un nombre: P.1. Y un lugar de origen, Brasil. Concretamente la ciudad de Manaos, donde se descubrió y donde ha dejado un impresionante reguero de infección y muerte. Hasta el punto de que investigadores consideran como probable, por primera vez, la existencia de casos de reinfección con resultado fatal.

Así lo dice el último estudio publicado hace 48 horas en la prestigiosa revista «The Lancet», en el que científicos brasileños llegan a la conclusión de que la capacidad neutralizante de los anticuerpos es seis veces menor contra esta variante brasileña, en comparación con otros coronavirus.

Y afirman que «los datos indican que el linaje P.1 puede escapar de los anticuerpos neutralizantes generados en respuesta al SARS-CoV-2 que circulaban previamente».

¡SÚMATE A NUESTRA COMUNIDAD!

Podrás escuchar nuestros podcast, recibir un boletín semanal con las novedades, escribir comentarios, enviar preguntas…

Es decir, que esta caída podría significar que al menos algunas personas serían vulnerables a nuevas infecciones de P.1.

Son datos obtenidos en laboratorio y no necesariamente se van a cumplir en la vida real. Pero son realmente preocupantes.

Te puede interesar: ¿Podemos evitar la aparición de un coronavirus mutante que se escape a las vacunas?

Así es P.1 la nueva amenaza del coronavirus

Primero fue la variante B.1.1.7 de Gran Bretaña, famosa por su capacidad de contagio y la velocidad a la que se extendió por el mundo. Luego llegó la cepa sudafricana, sembrando dudas sobre su capacidad de esquivar los anticuerpos y alguna de las vacunas. Y ahora es P.1, una variante nacida en la ciudad de Manaos, la capital de la amazonia brasileña.

P.1 se descubrió en Brasil a finales del pasado año, en los últimos días de diciembre, pero la investigación no se centró en ella y sus efectos hasta que algunos científicos se han planteado si realmente puede tener esta cepa la capacidad de infectar a personas que teóricamente tenían inmunidad por haber sufrido la enfermedad.

En estos momentos hay ya tres estudios que, si bien todavía no han sido publicados en revistas científicas o revisados por pares, resultan alarmantes, sobre todo porque parecen debilitar el efecto protector de los anticuerpos, e incluso el de una vacuna china que ahora están utilizando en Brasil.

La situación la resume un epidemiólogo de Harvard, William Hanage, al afirmar que «es una variante para tomarse en serio y los datos demuestran que es correcto estar preocupados».

Sobre todo porque, además, esta variante ya se ha encontrado en 24 países y en varios estados de EE UU.

Manaos, una historia alarmante

Manaos es una ciudad de algo más de 2 millones de habitantes situada en las orillas del río Negro, en el noroeste de Brasil, y capital del extenso estado de Amazonas. Allí fue donde en los primeros días de la pandemia, hace poco menos de un año, el coronavirus entró con enorme virulencia.

En aquellos días los contagios por coronavirus se dispararon en la ciudad y los muertos fueron llenado los cementerios. La epidemia pegó tan duro en Manaos que un estudio realizado meses después, con muestras tomadas de un banco de sangre, determinó que tres de cada cuatro habitantes de la ciudad habían sido infectados por el SARS-CoV-2.

Nada menos que el 76% de la población. Un dato que estaría por encima del umbral teórico de la inmunidad colectiva, es decir, que podría pensarse que la ciudad había alcanzado la tan ansiada inmunidad de grupo.

Y así se pasaron unos siete meses de relativa tranquilidad, hasta que en los primeros días de enero los contagios se multiplicaron por seis, y de los 552 infectados que habían tenido entre el 1 y el 19 de diciembre, pasaron a 3.431 del 1 al 19 de enero. Un incremento tan inesperado como preocupante, después de siete meses con una tasa controlada de contagios.

Por esa razón los científicos comenzaron a buscar si la culpa sería de la cepa británica, que ya estaba incrementando los contagios en muchas partes del mundo. Pero no encontraron en Manaos la cepa B.1.1.7 ni la de Sudáfrica.

Te puede interesar: Análisis: ¿Es buena idea apostar por la inmunidad de rebaño para frenar el coronavirus?

21 mutaciones no conocidas

Sin embargo, encontraron algo que nadie había visto antes. Un conjunto de 21 mutaciones no conocidas.

Y una vez localizada la variante comenzaron a estudiar por qué se estaba extendiendo tan deprisa. Se trataba de ver si esas mutaciones habían hecho más contagioso al coronavirus, o simplemente había tenido suerte.

Pero fuese por lo que fuese, la situación carecía de sentido. Se disparaban los contagios en una ciudad en la que la gran mayoría ya habían pasado la Covid-19.

No había explicación. Al menos no con los datos conocidos. Porque apenas existen casos probados de reinfecciones en el mundo y porque se sabe que los anticuerpos producidos por son eficaces al menos durante meses.

¿Podría ser posible que estemos ante una mutación que sea capaz de derrotar a nuestros anticuerpos?

Y se pusieron a estudiar todas las posibilidades rastreando la variante P.1 desde sus primeras muestras del mes de diciembre. Y combinando los datos de genomas, anticuerpos y registros médicos en Manaos, concluyeron que P.1 conquistó la ciudad no gracias a la suerte sino a la biología: sus mutaciones ayudaron a que se extendiera.

Primero porque calculan que P.1 es entre 1,4 y 2,2 veces más transmisible que otras variantes del coronavirus.

Segundo, y esto es todavía más preocupante, porque sí que parece haber reinfecciones.

Así se concluye de un experimento cuyos resultados han sido publicados el lunes en un preprint (artículo todavía no revisado por pares) en The Lancet.

El este estudio está firmado entre otros autores por William M. de Souza, del Centro de Investigaciones Virológicas de la Facultad de Medicina la Universidad de Sao Paulo, y Mariene R. Amorim, del Laboratorio de Virus Emergentes, Departamento de Genética, Microbiología e Inmunología.

Y en su investigación han llegado a la conclusión de que la capacidad neutralizante de los anticuerpos es seis veces menor contra el linaje P.1 en comparación con otros coronavirus.

Además, cinco meses después de la inmunización de refuerzo con «CoronaVac», la vacuna contra la COVID-19 desarrollada por la compañía farmacéutica china Sinovac Biotech, el plasma de los individuos vacunados no logró neutralizar eficazmente el virus del linaje P.1.

Por lo que concluye el informe con una afirmación más que preocupante: «estos datos indican que el linaje P.1 puede escapar de los anticuerpos neutralizantes generados en respuesta al SARS-CoV-2 que circulaban previamente».

Es decir, que esta caída podría significar que al menos algunas personas serían vulnerables a nuevas infecciones de P.1.

Hasta el punto de que los científicos creen que hay «una creciente evidencia» que sugiere que la mayoría de los casos de la segunda ola de Manaos fueron el resultado de reinfecciones. Y afirman que de cada 100 personas que se infectaron en Manaos el año pasado, entre 25 y 61 de ellos podrían haber sido reinfectados si hubieran estado expuestos a la nueva variante P.1.

Pero los científicos insisten en que estos resultados obtenidos de células en tubos de ensayo, no necesariamente significan que las vacunas serán menos efectivas para proteger a personas reales de la nueva cepa brasileña, P.1.

Te puede interesar: «Células T asesinas»: la gran esperanza contra las nuevas cepas del coronavirus

Las vacunas pueden proporcionar una fuerte protección contra P.1 incluso si los anticuerpos que generan no son tan potentes. E incluso si la variante logra infectar a las personas vacunadas, lo más probable es que permanezcan protegidas de un ataque severo de Covid-19.

Además, en el mundo real, fuera del laboratorio, existe al menos dos explicaciones posibles, no excluyentes entre ellas, para esta segunda ola de Manaos y sus trágicas consecuencias.

Son explicaciones desarrolladas en un artículo publicado en The Lancet y liderado por Ester C. Sabino

La primera considera que sería posible que la tasa de infecciones de SARS-CoV-2 en la primera ola podría haberse sobreestimado, por lo que realmente la población permaneció por debajo del umbral de inmunidad de grupo hasta principios de diciembre de 2020. Y en este escenario, el resurgimiento podría explicarse por una mayor mezcla de infectados e individuos susceptibles de infectarse en un momento en el que se relajaron bastante las medidas.

La segunda sería que existe la posibilidad de que la inmunidad contra las infecciones hubiese comenzado a disminuir en diciembre de 2020 (seis meses después de la primera ola), debido a una disminución general de la protección inmunitaria contra el SARS-CoV-2 y los anticuerpos. Pero el propio estudio considera que es poco probable que la inmunidad menguante por sí sola explique el aumento de casos en manaos.

Y así estamos, en espera de nuevas investigaciones y sabiendo que, hoy por hoy, las medidas únicas posibles siguen siendo las mismas. Mantener las medidas de protección y las vacunas.

Noticias relacionadas