Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la disfunción eréctil afecta a más de un 50% de la población masculina en distintos niveles de intensidad por encima de los 50 años.
Se trata de un trastorno por el que el hombre no consigue una erección suficiente, lo que dificulta la penetración y, por lo tanto, conseguir una relación sexual satisfactoria.
Te puede interesar: Día Mundial del Cáncer de Próstata: 35.000 casos diagnosticados cada año
¡SÚMATE A NUESTRA COMUNIDAD!
Desde la Asociación Española de Urología (AEU) señalan que las causas más habituales de esta patología son causas vasculares.
«El pene es un órgano con una tremenda vascularización, no en vano los cuerpos cavernosos son dos cilindros responsables de la erección y no son más que dos espacios que se llenan de sangre para tener una erección y posteriormente se vacían cuando esta se pierde», explican los expertos.
Estos problemas vasculares tienen su origen en distintos factores tal y como señalan desde la AEU:
- La edad.
- Enfermedades asociadas como la diabetes, la hipertensión u otras patologías cardiovasculares.
- La enfermedad de Peyronie, «provoca la curvatura del pene debido a unas placas fibrosas que se forman en la albugínea del cuerpo cavernoso lo que hace que, al tener una erección, éste se curve. Al mismo tiempo y en esas placas se produce una fuga de sangre desde el pene que hace que la erección no se pueda mantener», explican los urólogos.
- Cirugías previas fundamentalmente las derivadas del cáncer de próstata.
- Factores genéticos.
- Otras causas como determinados fármacos, enfermedades psiquiátricas o traumatismos.
Existen diferentes formas de tratar este problema como puede ser modificar hábitos de vida como realizar ejercicio, hacer cambios en la dieta o la toma de fármacos, ya sea orales o medicación inyectada en el pene.
Y cuando todo esto falla, es entonces cuando se puede optar por los implantes peneanos.
Las prótesis de pene o peneanos son dispositivos colocados dentro del pene para permitir que los hombres con disfunción eréctil recuperen su funcionalidad sexual, es decir, tengan una erección.
Existen dos tipos principales de implantes, los semirrígidos y los inflables. Aunque cada tipo de implante de pene funciona de manera diferente y tiene distintas características las prótesis hidráulicas de tres componentes son las más habituales.
Según explica el doctor Enrique Lledó, urólogo especialista en Andrología y Cirugía Reconstructiva uretro-genital y jefe del Servicio de Urología del Hospital Vithas Madrid La Milagrosa y Vithas Madrid Arturo Soria, este tipo de implante ofrece la mejor calidad de rigidez, eficacia y confortabilidad en la relación sexual para el paciente y la pareja y, permite recuperar la autonomía para poder mantener relaciones sexuales satisfactorias.
«En la mayoría de los estudios las que proporcionan mayor grado de satisfacción son las hidráulicas o inflables de tres componentes», indica el especialista.
¿Qué es una prótesis hidráulica?
Tal y como detalla el doctor Lledó, en la cirugía de prótesis hidráulica de tres componentes se insertan dos cilindros pareados en los cuerpos cavernosos del pene, una bomba en el escroto y un reservorio lleno de líquido en el abdomen.
«Cuando el paciente quiere tener relaciones sexuales, procede a activar el dispositivo mediante pulsación intermitente de la bomba. Esto hace pasar el líquido del reservorio a los cilindros, proporcionando rigidez al pene. Un pequeño botón independiente de la bomba y fácilmente localizable por el paciente, al ser pulsado hace pasar el líquido a la inversa, el líquido vuelve de los cilindros al reservorio y el pene adquiere flacidez. Es un mecanismo hidráulico, de presión positiva y presión negativa. Siempre es el mismo tanto para el llenado como el vaciado», concluye Enrique Lledó.
Además de la implantación del dispositivo hidráulico, el urólogo subraya la importancia de las explicaciones al paciente y su pareja antes de la intervención.
Te puede interesar: Anatomía de la disfunción eréctil: conocer para curar
Facilitar toda la información sobre este mecanismo es fundamental, para que las expectativas del paciente sean objetivas, y se deben complementar con una atención postoperatoria continua, para resolver las dudas y consultas del paciente ya intervenido.
Este sistema de trabajo permite obtener los mejores resultados.
«Es muy importante además recordar al paciente y su pareja que la sensibilidad sigue siendo la misma, al igual que el deseo. Lo único que hacemos es seguir manteniendo calidad de vida sexual en alguien que ha sufrido una intervención quirúrgica, que tiene una enfermedad o una diabetes, que le impide tener erecciones espontáneas», detalla el especialista.
Por último, el doctor Lledó subraya otra cuestión relevante a tener en cuenta y es que el implante peneano no es perceptible a simple vista y la duración de la prótesis no es infinita, «tiene una vida media de entre 12 y 14 años».
Noticias relacionadas
