La Universidad de East Anglia, en Reino Unido, a través del «Ensayo Apollo», comenzará el próximo mes de diciembre un estudio que podría mejorar la vida de los afectados por el SARS-CoV2.
Los científicos han descubierto que la vitamina A, usada en gotas nasales, puede ser fundamental para ayudar a las personas que han perdido el sentido del olfato tras pasar el coronavirus.
En su momento fue uno de los síntomas más importantes del coronavirus SARS-CoV-2, cuando la enfermedad ni siquiera tenía nombre, y ahora es una de las consecuencias. Un alto porcentaje de los que se vieron afectados sigue hoy, muchos meses después, sin recuperar el olfato ni siquiera recuperando la salud.
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Es uno de los problemas del «Long Covid», como los cambios en los ciclos del periodo menstrual, el cansancio, los dolores de cabeza, la fatiga, las palpitaciones…
Y aunque esta anosmia (pérdida total del olfato) o la hiposmia (pérdida parcial) sigue siendo uno de los efectos secundarios más habituales entre la población que ha sufrido la COVID-19.
Y, aunque la mayoría de los pacientes lo recupera en semanas, hay otros que llevan meses sin olfato.
¿Cuál es el tratamiento que se utiliza en la actualidad?
El ‘Ensayo Apollo’, que ha sido financiado por el Instituto Nacional de Investigación en Salud, pretende confirmar que la vitamina A es clave para recuperar el olfato tras las infecciones virales, también el coronavirus.
Según señalan los investigadores, «científicos alemanes ya han demostrado el beneficio potencial de la vitamina A. Tratamiento que ayuda a reparar los tejidos de la nariz dañados por el virus».
Los datos de la pérdida de olfato en España son bastante impactes todavía hoy. Según un estudio del CIBER de Enfermedades Respiratorias de España, en una pequeña muestra de 79 pacientes con coronavirus el 45% de ellos sufrían anosmia, lo que indica que es uno de los efectos secundarios pos-COVID más frecuentes.
De acuerdo a la misma investigación, tres de cada cuatro pacientes presentan una mejoría en la falta olfativa al mes de diagnóstico de la enfermedad. Sin embargo, muchos de ellos necesitan tratamiento para poder recuperar el olfato a corto y medio plazo.
El entrenamiento es el tratamiento que, actualmente, se está utilizando en los afectados: repetición y exposición a un conjunto de olores como limón, rosa, clavo y eucalipto. Durante 20 segundos (y dos veces al día) hay que olfatear estos productos, que tienen claramente un olor diferente. Esto es fundamental para recuperar progresivamente este sentido.
El uso de glucocorticoides orales y nasales, que se utilizan como antiinflamatorio, de momento no está recomendado para pacientes COVID por su falta de evidencia científica. Sin embargo, en la actualidad se utilizan otros tratamientos que, a priori, podrían mejorar la anosmia viral:
- Citrato de sodio
- Omega-3
En el citado estudio, en el que también participa el Servicio de Alergología del Consorci Santari de Terrassa o la Unidad de Alergología de la Clínica Diagonal de Barcelona, también se menciona la vitamina A como un componente esencial para recuperar la pérdida de olfato.
Y es lo que quiere confirmar la Universidad de East Anglia con un reclutamiento de voluntarios para iniciar la investigación a partir del mes de diciembre.
¿Qué importancia tiene el olfato?
El olfato tiene un papel fundamental en nuestra vida, ya que influye en la ingesta de alimentos, en la identificación y el disfrute de los mismos. También en las relaciones interpersonales y en la identificación de productos tóxicos y nocivos. La anosmia supone una perdida de calidad de vida en aquellos pacientes pos-COVID y que, incluso, puede estar unido al trastorno del gusto.
Cuando un paciente pierde el gusto, normalmente, se debe a un daño del sistema olfativo. El cerebro tiene un área dedicada a distinguir sabores (amargo, dulce, ácido y umami) por lo que, no diferenciarlos, puede suponer un inconveniente a la hora de disfrutar de las comidas.
Por ello, los afectados por la anosmia (y que también suelen estar afectados por la pérdida del gusto), deben consultar a su médico para conocer qué pasos seguir para recobrar el olfato y, por ende, recuperar la calidad de vida.
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