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Modelos matemáticos nos muestran que solo el aislamiento riguroso podrá frenar el aumento de muertes e infecciones

  • Ante un acontecimiento tan excepcional queremos que la ciencia nos dé, cuanto antes, certezas absolutas sobre lo que nos va a pasar...
  • Pero no podemos eliminar la incertidumbre, sólo podemos 'mirar' los modelos matemáticos que usa la ciencia para hacer predicciones
  • Y concluyen que como el único recurso que tenemos es cerrar el grifo de las infecciones, nuestra única 'arma' es el aislamiento drástico

13 marzo, 2020

Eduardo Costas
Catedrático de Genética de la UCM
ACADÉMICO CORRESPONDIENTE DE LA REAL ACADEMIA NACIONAL DE FARMACIA

Análisis: ‘¿Qué nos va a pasar con el coronavirus SARS-CoV-2?’ »

Ante acontecimientos tan excepcionales como la expansión del COVID-19, queremos tener, cuanto antes, certezas absolutas sobre lo que nos va a pasar. Esperamos que la ciencia reduzca nuestra incertidumbre y nos permita aferrarnos a respuestas seguras.

La ciencia puede darnos demostraciones rigurosas, teorías contrastadas, métodos de inferencia para aceptar o rechazar hipótesis, procedimientos que permitan efectuar predicciones fiables…

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Pero también nos dice que existen una serie de fenómenos complejos, que llevan asociados un cierto grado de incertidumbre e incluso caos. Son procesos en los cuales el azar determina en gran medida su evolución.

El destino que tendrá el coronavirus SARS-CoV-2, y como nos afectará, es uno de estos fenómenos con un componente estocástico significativo. Así, si queremos entender bien lo que nos puede pasar con el COVID-19 no nos queda más remedio que seguir el proceso que utiliza la ciencia para hacer sus predicciones.

A menudo el comportamiento de fenómenos complejos, incomprensibles a primera vista, puede entenderse reduciéndolo a unos pocos componentes esenciales, fáciles de caracterizar, más un ruido de fondo que solo genera confusión.

Para ello se emplean modelos matemáticos. A fin de cuentas, las ecuaciones nos permitieron entender el mundo.

Pero aquí, en una aproximación más didáctica, utilizaremos un modelo muy sencillo que no requiere ecuaciones.

Imaginemos 4 tanques diferentes que contienen agua en su interior y están conectados por tuberías con grifos:

El primero de ellos, el tanque S, representa a las personas susceptibles que pueden contagiarse de la enfermedad en cualquier momento.

El segundo, el tanque I, representa a las personas que ya están infectadas por el coronavirus SARS-CoV-2.

El tercero, el tanque R, representa a las personas que son resistentes al coronavirus SARS-CoV-2.

El cuarto, el tanque M, representa a las personas muertas por el COVID 19.

Estos tanques están conectados por 3 tuberías, cada una de ellas controladas por un grifo diferente (i, m, r), que se puede abrir o cerrar más o menos.

Para entender que pasará con el COVID-19 tan solo tenemos que hacer que la cantidad de agua de cada tanque sea proporcional a la cantidad de personas que hay en cada categoría (susceptibles, infectados, resistentes y muertos) y que los grifos que regulan el paso de agua entre unos tanques y otros estén abiertos al mismo flujo con que en la realidad se pasa de una categoría a otra (por ejemplo, de susceptibles a infectados).

Así el tanque S (que representa a las personas sanas susceptibles de enfermar) tendrá mucha agua, porque, siendo el COVID-19 una pandemia global, unos 7.700 millones de personas podemos llegar a infectarnos.

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De momento el grifo i está muy abierto, porque el coronavirus SARS-CoV-2 está teniendo una infectividad muy alta: una sola persona está infectando a casi 3 personas en muy poco tiempo (2,7 de media). Por tanto, el tanque S está traspasando agua hacia el tanque I a una velocidad grande.

Y esto no se sabía cuando empezó la epidemia en China, pues nunca antes el coronavirus SARS-CoV-2 había afectado a la humanidad.

Al tanque I le llega mucha agua. Y solo puede vaciarse de dos formas: Una de ellas es a través de la tubería (controlada por el grifo r) que vierte en el tanque R. Este grifo está dejando salir muy poca agua, porque la gente tarda mucho en recuperarse del COVID-19: en numerosos casos han sido necesarias hasta 6 semanas para pasar de ser infectado a ser resistente.

Y esto tampoco se sabía cuando la epidemia empezó.

La otra forma de que se vacíe el tanque I es mediante la tubería controlada por el grifo m, que vierte en el tanque M. Son los que se mueren por la enfermedad. De momento, no se está muriendo mucha gente.

Así nuestro modelo ya nos indica una certeza (que al principio de la epidemia no se sabía): el tanque I se va a llenar de agua. Esto nos indica que el número real de infectados va a aumentar mucho en los próximos días (aunque las cifras oficiales no subirán tanto, pues no hay posibilidad material alguna de hacer la prueba del coronavirus SARS-CoV-2 a todo el mundo, con lo que muchos infectados nunca aparecerán en las estadísticas).

Es una mala noticia. Se producirán bastantes muertes.

Un determinado porcentaje de los infectados, que en algunos grupos de población llega a ser del 20%, necesita asistencia en unidades de cuidados intensivos, con respiración asistida para superar la enfermedad.

Pero los recursos de la sanidad son limitados: en toda España ni siquiera contamos con 4.000 plazas en unidades de cuidados intensivos y el número de respiradores es limitado. Y no se pueden conseguir más de la noche a la mañana.

Cuando algunas zonas del sistema sanitario colapsen, la tasa de mortalidad aumentará. El grifo m se abrirá y aumentará el agua del depósito M (lo que significa que aumentarán las muertes).

¿Qué podemos hacer? Respecto a mejorar la sanidad muy poco: hay un número finito recursos y de profesionales sanitarios y no podemos arreglarlo en 4 días. Y en la zona más afectada, la Comunidad de Madrid, durante los últimos años se han cerrado unas 2.000 camas hospitalarias reduciéndose significativamente el número de médicos y enfermeras.

Tampoco podemos hacer que la gente se recupere más rápido de la enfermedad.

A día de hoy solo nos queda el recurso de cerrar el grifo i, que impide el flujo desde el tanque de los susceptibles al de los infectados. Únicamente podemos tomar medidas de aislamiento drástico, que se cumplan rigurosamente, para evitar que aumenten los infectados y los muertos.

Si no nos lo tomamos muy en serio, no conseguiremos frenar la expansión del coronavirus SARS-CoV-2.

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