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Vistos los numerosos rebrotes de coronavirus en mataderos ¿corremos riesgo al comer carne?

  • No es probable que nos contagiemos por consumir carne de esos mataderos porque el virus necesita de células vivas para reproducirse
  • Además, lo habitual es que cocinemos la carne antes de comerla, por lo que la capacidad de infección del virus es nula
  • Los mataderos ofrecen una situación y un lugar propicios para la difusión del virus, pero las condiciones de vida de los trabajadores, más

22 junio, 2020


Héctor Díaz-Alejo
Investigador de la Cátedra de Genética de la UCM

Alemania está teniendo en los últimos días un gran brote. De momento, más de 650 trabajadores de un matadero han sido diagnosticados como positivos frente a SARS-Cov-2, lo que ha hecho que se decrete la cuarentena obligatoria a todos los trabajadores, así como que se suspendan las actividades. También se han cerrado escuelas y guarderías en la localidad donde ha ocurrido.

No es un hecho aislado. Otros mataderos de Alemania y Francia también han reportado brotes. Incluso en España hubo en el mes de mayo.

Pero las posibilidades de que el brote sea de origen animal son remotas.

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Lo más probable es que alguno de los trabajadores haya traído el virus desde su país de origen, Rumanía, Bulgaria o Polonia, de donde muchos regresaron en las últimas semanas.

h2>¿Por qué un matadero?

Tampoco es muy probable que podamos contagiarnos por consumir carne que proceda de esos mataderos en los que se han producido rebrotes. El virus necesita de células vivas para poder reproducirse, por lo que desde la supuesta contaminación hasta la llegada al consumidor, el virus se habrá debilitado considerablemente.

Además, son alimentos que en su amplísima mayoría son cocinados antes de ser ingeridos, por lo que la capacidad de infección del virus en ellos es nula. Así que nadie debería alarmarse ni dejar de consumir ciertos alimentos por esta razón.

Entonces ¿Cómo es posible que un matadero resulte ser un lugar favorable para transmitir la infección?

Para determinarlo debemos atender a dos cuestiones diferentes: el matadero y las condiciones de vida de los trabajadores.

El matadero de Gütersloh, donde se ha producido el mayor brote, es un gran matadero con cientos de trabajadores. El proceso que siguen es similar al de muchos otros, e implica primero la llegada de los animales, que después de un tiempo de reposo son aturdidos con altas concentraciones de CO2 hasta quedar completamente inconscientes. Una vez así, son desangrados.

Después viene el proceso de escaldado: el primer punto donde se puede favorecer claramente la transmisión del virus.

Ese proceso consiste en bañar el cuerpo de los animales con agua muy caliente para favorecer la retirada de los pelos. Y en ese momento lo ‘mandado’ es que los trabajadores lleven puestas las mascarillas para evitar la difusión del virus.

Pero estas salas, por su función, están saturadas de humedad. Y en estas condiciones las mascarillas se mojan, haciendo que el filtro pierda su capacidad, o causando dificultades para respirar, por lo que es altamente probable que el personal se acabe quitando la protección. Se convierte así en lugar ideal para difundir el virus.

Este matadero también realizaba todo el proceso de preparación de la carne para su venta. Y hemos visto imágenes de cómo en la sala donde cortaban y empaquetaban el alimento, algunos trabajadores estaban sin mascarilla o con ésta mal colocada.

Si tenemos en cuenta que estamos hablando de un lugar en el que hay cientos de personas en un área que tiene que estar cerrada. Y le añadimos que muy probablemente tenga corrientes de aire que mantienen una circulación interior y la temperatura baja, las probabilidades de que un infectado acabe contagiando a más personas son altas.

Las condiciones de vida de los trabajadores

Sin embargo, y a pesar de que los mataderos ofrezcan una situación y un lugar propicios para la difusión del virus, en el caso de Gütersloh parece que el contagio ha sido tan amplio debido fundamentalmente a las condiciones de vida de los trabajadores.

Muchos de ellos son personas recién llegadas de otros países que, sin haber pasado controles, tienen que vivir ‘hacinados’ en pisos compartiendo una habitación entre varios.

Tras ser detectado el brote se decretó el confinamiento obligatorio para todos los trabajadores. Una medida muy eficaz para conseguir que aquellos que han dado positivo no entren en contacto con otras personas… siempre y cuando dispongan de su propia habitación. Pero eso parece bastante alejado de la realidad que están viviendo.

Hasta aquí todo parece similar a otro gran brote que tuvo lugar en Singapur.

En ese caso miles de trabajadores extranjeros, de la India principalmente, resultaron infectados por el coronavirus. Se lo transmitían entre ellos porque todos se alojaban en grandes residencias.

La respuesta a esa situación fue cerrar todas las residencias en las que hubiera casos positivos, para frenar la difusión del brote a otros sectores de la población.

Y la consecuencia a esa medida es que, si bien se produjeron varios miles de infectados, afectó casi únicamente a personas jóvenes y sanas, lo que unido a que se trataba de la cepa asiática, menos virulenta, acabó sin apenas fallecidos.

Es probable que algo similar ocurra con el brote de Gütersloh, dependiendo también de qué cepa de SARS-Cov-2 haya llegado a ellos.

Al vivir en esas condiciones de dormitorios compartidos entre varias personas y sin casi posibilidad de aislamiento individual, muchos trabajadores acabarán infectados.

Se deberían asumir responsabilidades para que todo infectado confirmado pueda estar correctamente aislado y evitar contagiar a sus compañeros. Pero también se deberá tener precaución para evitar que el virus llegue a otros sectores de la población.

De ser así se nos encontraríamos con una situación parecida a la de Singapur: habrá muchos casos, pero afectarán a personas en las que el riesgo de desarrollar una enfermedad grave es menor.

Eso sí, en el caso de que salga de ese ámbito concreto y limitado, el control deberá pasar a hacerse a nivel local o incluso regional, si queremos evitar un brote nuevo en todo el país.

Recordemos que China, con menos de 200 casos confirmados en el nuevo brote de Pekín, ha cerrado grandes partes de la ciudad, paralizando la capital del país más poblado del mundo. Su prioridad es extinguir la enfermedad, conscientes de su capacidad de difusión y de los problemas que podría provocar en su población.

En España, Italia o Alemania, como el caso mencionado estamos viendo incipientes rebrotes. Aumentos en el número de contagios e incluso de ingresados en la UCI, como en Italia.

Se deberá estar muy atento a los lugares de trabajo, especialmente si tienen características como los mataderos: contacto estrecho y condiciones ambientales que favorezcan la transmisión (cerrado, húmedo y frío). Pero debemos tener muy en cuenta que, aunque se detecten, la única forma de conseguir que no contagien más es con un riguroso aislamiento individual.

¿Se podrán mantener bajo control todos estos brotes hasta que haya una vacuna?

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