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Lo que debemos cuidar en verano, y siempre, para mejorar la salud física y mental de nuestros hijos

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La OMS ha establecido los criterios de salud que necesitan nuestros niños y les dedica el capítulo 3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2020.

Teniendo en cuenta que se trata de derechos y que los adultos estamos obligados a velar por su cumplimiento, la vida saludable de un menor pasa por:

Cumplir los calendarios de vacunación establecidos por las Autoridades Sanitarias. Fundamental para evitar el contagio de enfermedades infecto-contagiosas.

Muchas de las enfermedades parasitarias se propagan a través del agua. Por eso hay que procurar que el agua que beban esté en condiciones de potabilización óptimas.

Del mismo modo, hay que extremar la profilaxis en el hogar, ya que también pueden ser el caldo de cultivo ideal para la proliferación de gérmenes nocivos.

La alimentación es el segundo gran soporte que garantiza un desarrollo adecuado del menor. En este sentido una alimentación adecuada debe de evitar:

El tercer gran pilar es combatir el sedentarismo. Los niños necesitan realizar actividad física y fomentar las relaciones sociales del menor, sobre todo durante la fase de la pubertad, que redundará en un mejor desarrollo mental.

El desarrollo de la sociedad está provocando claramente un cambio en los hábitos de nuestros niños y adolescentes. Invierten muchísimo tiempo en los elementos tecnológicos con los que convivimos, del teléfono móvil al ordenador o cualquier otro procedimiento que podamos imaginar.

Esto provoca que desarrollen una menor actividad física y practiquen un tipo de vida más personalizada y menos social. Y eso se traduce en una menor relación con otros niños, menor práctica de deporte o actividades al aire libre.

¿A dónde nos va a llevar esto? ¿Van a desarrollar otro tipo de enfermedades? No es descartable. En este momento no tenemos una respuesta concreta, pero al menos sí conocemos que este tipo de hábitos son nocivos y, por lo tanto, debemos hacer todo lo posible para modificarlos.

Desde la Medicina como desde las diferentes asociaciones científicas que los estudian, están planteando la necesidad de limitar a los niños el tiempo dedicado a estas nuevas tecnologías y que aumenten el tiempo a convivir con la familia, los amigos. En definitiva, a desarrollar una vida social más activa. Y para empezar, el verano puede ser un tiempo maravilloso.