La luz del sol permite que el cuerpo produzca vitamina D, esencial para la absorción del calcio y la salud de nuestros huesos. Además, influye también de forma positiva en nuestro estado de ánimo.
Pero el sol puede ocasionar muchos problemas si no se toman las precauciones necesarias para protegernos de él. Las radiaciones ultravioleta A (UVA), las B (UVB) y los rayos infrarrojos pueden provocar envejecimiento cutáneo, quemaduras solares, dermatitis y cáncer de piel.
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Sin embargo, el dermatólogo Eduardo Nagore y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) indica que no es necesario usar protector solar en invierno, aunque esta recomendación depende del tipo de piel que tengamos y la actividad que realicemos. “Hay algunas personas que sí deben extremar las precauciones, por ejemplo, las que tienen la piel sensible, los pelirrojos o con muchos lunares”, señala.
Aunque el uso de protector solar, más allá de poner una barrera al cáncer de piel, también evita la aparición de arrugas en el rostro. Así lo asegura el Jefe Clínico del Servicio de Dermatología del Instituto Valenciano de Oncología (IVO): “Si alguien está preocupado de tener una piel lo mejor posible, si está indicado el uso de protectores solares”.
La mejor fórmula para protegernos del sol sin renunciar a él es el uso de protectores solares. La primera cuestión básica es que la protección solar total no existe, por eso es importante que el uso de protectores se complemente con una serie de premisas básicas.
Durante la temporada estival es importante evitar la exposición en las horas centrales del día (entre las 12 y las 17 horas), utilizar elementos físicos que limiten los rayos solares (sombrillas, gorros, ropa), usar gafas de sol y beber líquidos en abundancia.
¿Qué protector solar escoger?
Tal y como indica la Fundación Piel Sana, para una correcta exposición al sol debemos utilizar una crema con un factor de protección solar (SPF) 30 como mínimo.
La razón es que cuando se realizan los estudios de medición del factor de protección se aplican 2 miligramos de crema por centímetro cuadrado de piel, lo que significa que para conseguir proteger toda la superficie cutánea de un adulto tendríamos que utilizar un envase de 30 mililitros en una sola aplicación. La aplicación que realizamos habitualmente es de tan sólo 0.5mg/cm2.
Para compensar la diferencia, la recomendación de los dermatólogos es usar fotoprotectores de 30 SPF o más, y realizar aplicaciones generosas cada dos horas aproximadamente. Un especialista en dermatología es la persona más indicada para elegir el nivel de protección más indicado para cada tipo de piel.
En invierno, no obstante, y si se tiene una piel sin afecciones, sería suficiente con una crema hidratante con factor de protección de 15 para arriba.
¿Cuándo aplicamos el protector solar?
En verano, el mejor momento para aplicar la crema protectora solar es antes de ir a la piscina o la playa, para asegurar su absorción completa y, en definitiva, su eficacia.
Otra cuestión importante es la resistencia de los protectores al agua. Los productos con etiqueta “wáter resistant” consiguen que el 70% de la protección resista después de un par baño, de unos 20 minutos cada uno. Los marcados como “waterproof” resiste unos 80 minutos de baños. En cualquier caso, lo mejor es renovar la crema tras cada chapuzón.
Cuidado con los días nublados sobre todo en verano. No es cierto que cuando las nubes tapan el sol éste sea menos dañino puesto que hay rayos ultravioleta que se siguen filtrando, así que debemos mantener el mismo factor de protección y renovarlo con la misma frecuencia.
En invierno, las personas que realizan actividades físicas al exterior y con exposición solar, deben aplicarse crema solar antes del inicio de la misma y reaplicarse cada dos horas.
¿Y qué hacemos con la crema del sol del verano pasado?
Los fabricantes indican en el envase la fecha de caducidad de cada producto, tanto abierto como si no lo hemos utilizado nunca. Si la crema tiene un aspecto extraño o un olor desagradable es mejor desecharla.
Y por último, es falso que las cremas protectoras impidan o dificulten el bronceado. Tomar el sol sin usar un fotoprotector solar puede provocar graves quemaduras.
¿Puedo usar crema solar si tengo la piel grasa?
En el mercado existen diferentes protectores solares indicados para todos los tipos de piel.
La preocupación de las personas con pieles grasas o con tendencia acneica, debido a la composición de estas cremas, ha propiciado la aparición de protectores con efecto mate.
La textura ultrafluida de los protectores solares para pieles grasas absorbe el sebo y el sudor. Proporciona un acabado mate sobre la piel además de dejarla sin brillos durante todo el día.
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