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Responde el doctor

Sordera del cazador
¿se puede evitar?

16 octubre, 2020

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Ya ha comenzado la temporada de caza y los aficionados tienen preparados todos sus pertrechos para disfrutar de largas jornadas al aire libre. Pero hay un elemento que los cazadores que utilizan armas de fuego no siempre tienen en cuenta y es la correcta protección de sus oídos.

Muchos de los aficionados a esta práctica, en torno al 67% según algunos estudios, no utilizan tapones o cascos para protegerse del ruido de las detonaciones, bien por incomodidad, por el elevado precio de este complemento, por el exceso de sudoración que provocan o, en algunos casos, porque desconocen las importantes secuelas que tiene para la salud la exposición a niveles de ruidos tan extremos.

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Y es que, según diversos estudios científicos, los cazadores tienen cuatro veces más posibilidades de sufrir sordera que el resto de la población. La pérdida de audición de este colectivo se conoce como la “sordera del cazador”.

La detonación de un arma de fuego puede alcanzar hasta los 170 decibelios, cuando el nivel de ruido recomendado por la Organización Mundial de la Salud es de 65 decibelios. Algunos expertos, como la American Speech-Language Hearing Association (ASHA, Asociación estadounidense del lenguaje de signos), señalan que un solo disparo puede provocar daños irreversibles en nuestro órgano auditivo.

Cuando se superan los niveles de ruido aptos para un oído sano, se produce una lesión de los mecanismos auditivos del oído interno, provocando pérdida de audición y otros síntomas como dolores de cabeza, mareos, vértigos, problemas de sueño e, incluso, hipertensión.

La protección de los oídos durante una jornada de caza, con cascos o protectores especiales, es esencial ya que los traumatismos que causa la exposición al ruido de un arma de fuego son, en la mayoría de los casos, irreversibles.

Hay una serie de síntomas que pueden dar pistas al cazador de que puede estar sufriendo problemas de audición:

– Dificultades para entender una conversación en un entorno ruidoso.
– Si necesita subir el volumen de la televisión o la radio excesivamente.
– Sensación de tener tapones en los oídos.
– Requerir la repetición de las cosas que les dicen otras personas.
– Escuchar pitidos o zumbidos.
– Dolor en el oído.

La mejor manera de evitar sufrir un trauma auditivo es la protección de los oídos con tapones antiruido.

Y si practicamos la caza con arma de fuego de forma habitual, no está demás acudir periódicamente a la consulta de un otorrinolaringólogo para realizar una revisión auditiva.

Cuanto antes se detecte cualquier incidencia en el oído será más fácil preservar la capacidad auditiva.

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