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Aumenta la supervivencia al cáncer: ¿Qué ocurre después de superar la enfermedad?

  • Las mejoras en el cribado, el diagnóstico temprano y el tratamiento ha mejorado la esperanza de vida de estos pacientes.
  • Son muchos los efectos secundarios de los medicamentos que continúan tras haber superado la enfermedad.
  • Algunos especialistas señalan la necesidad de elaborar planes de atención de supervivencia al cáncer.

29 septiembre, 2021

Rebeca Gil

El informe «Las cifras del cáncer en España 2021» elaborado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) comienza con una buena noticia y señala que, «globalmente, la supervivencia neta a 5 años del diagnóstico, de los pacientes diagnosticados en el periodo 2008-2013 en España fue de 55,3% en los hombres y de 61,7% en las mujeres»

Respecto al sexo y al tipo de cáncer, los porcentajes fueron los siguientes:

  • En los hombres, la supervivencia fue del 90% en los cánceres de próstata y de testículo y del 86% en el de tiroides. En el otro lado de la moneda aparecen con un 7% el cáncer de páncreas, el 12% en el de pulmón, el 13% en el de esófago y el 18% en el de hígado.
  • En el caso de las mujeres, el cáncer de tiroides tuvo una supervivencia neta de 93%, el melanoma cutáneo del 89%, y el cáncer de mama del 86%; mientras que en el cáncer de páncreas fue del 10%, en los de hígado y esófago del 16% y en el de pulmón del 18%.

En resumen, los expertos en oncología estiman que la supervivencia de los pacientes con cáncer de España «se ha duplicado en los últimos 40 años y es probable que, aunque lentamente, continúe aumentando en los próximos años».

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Las mejoras en el cribado, el diagnóstico temprano y el tratamiento del cáncer han hecho posible que más de la mitad de los pacientes en Europa sobrevivan a largo plazo.

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¿Pero que ocurre con estos pacientes después de superar la enfermedad?

Pues a la superación le sigue el regreso a la vida cotidiana. Pero los efectos secundarios de los medicamentos que a veces persisten tras el tratamiento, así como el impacto que la propia enfermedad puede tener en los pacientes, pueden obstaculizar este proceso.

Confirmando la necesidad de dar nuevos enfoques a la supervivencia del cáncer, un estudio presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) 2021, muestra que una proporción significativa de supervivientes continúa sufriendo síntomas que afectan de manera importante a la vida de los pacientes durante varios años y revela una insatisfacción generalizada con la asistencia recibida.

La profesora Dorothy Keefe, CEO de la agencia australiana contra el cáncer (Cancer Australia), considera que la investigación sobre supervivencia se ha quedado rezagada con respecto a la investigación sobre el tratamiento del cáncer.

«Ahora tenemos millones de supervivientes de cáncer en Australia, cientos de millones en todo el mundo y un número cada vez mayor que podría tener efectos secundarios a largo plazo», destaca Keefe.

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La fatiga, principal consecuencia del cáncer

Uno de los síntomas más comunes que experimentan los pacientes y los supervivientes es la fatiga relacionada con el cáncer.

Se trata de una sensación persistente de agotamiento que no se alivia con el sueño o el descanso y que interfiere significativamente en la vida diaria de la persona.

El estudio FiX evaluó inicialmente los patrones, la gravedad y el tratamiento de la fatiga relacionada con el cáncer entre 2.508 pacientes con 15 tipos diferentes de cáncer, dos años después del diagnóstico de su enfermedad.

En una encuesta de seguimiento sobre 36 potenciales problemas a largo plazo, completada por los participantes alrededor de cuatro años después del diagnóstico, se observó que casi el 40% de los supervivientes continuaban reportando fatiga, que calificaban como una carga moderada o grave.

Además de la fatiga, más del 40% de los pacientes declararon estar moderadamente agobiados por la pérdida de capacidad física, y más de un tercio sufrió problemas para dormir, problemas sexuales, dolores en las articulaciones y ansiedad.

Aunque existen recomendaciones sobre el manejo de efectos secundarios como la fatiga relacionada con el cáncer, la doctora Martina Schmidt, del Centro Alemán de Investigación del Cáncer (DKFZ), subraya que aún no están implantadas.

«A pesar de que cada vez hay una mayor conciencia sobre la eficacia de las medidas para mitigar la fatiga, como el ejercicio, a menudo los pacientes se encuentran solos ante la búsqueda de ayuda para atenuar los síntomas que no pueden tratarse directamente con medicamentos de la misma manera que se hace con el dolor» añade la doctora Schmidt.

La profesora Keefe comenta que

«esta investigación muestra que un número asombrosamente alto de pacientes con cáncer aún sufre problemas de salud importantes años después de haber superado la enfermedad».

Y añade: «deberíamos de prestar más atención a estas personas que se muestran insatisfechas con la asistencia disponible y tratar de comprender los mecanismos existentes para identificar aquellas intervenciones que podrían ser de gran ayuda para una mejor recuperación».

Mejorar la información al paciente más allá del tratamiento

Según la doctora Schmidt, el seguimiento del cáncer ya no debe centrarse solo en los efectos secundarios inmediatos ni en la detección de metástasis.

Afirma que también se debe informar de forma sistemática sobre aquellos síntomas adicionales que pueden ser una carga para los pacientes.

«El primer paso es asegurarse de que, desde el principio, los propios pacientes estén mejor informados sobre los problemas potenciales que les puede dejar el cáncer.»

Fundamental para que sepan, insiste la doctora, que «afecciones como la fatiga relacionada con el cáncer a menudo son manejables y que no deben esperar a que los síntomas desaparezcan por sí solos», ha dicho la autora del estudio.

Además, la profesora Keefe ha defendido que todos los pacientes deben recibir un plan de atención de supervivencia cuando lleguen al final de su tratamiento.

«De cara al futuro, es necesario desarrollar modelos de atención que minimicen la carga de la enfermedad sobre los sistemas de salud, implantarlos e investigar su impacto para que se pueda evaluar, en un plazo de cinco años, si han supuesto una diferencia para los supervivientes al cáncer», ha concluido.

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