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El déficit de vitamina D podría influir en el desarrollo y progresión de la esclerosis múltiple

  • Cada año se detectan en España unos 2.000 nuevos casos de esta enfermedad neurológica.
  • Diversos estudios sugieren que la reposición y suplementación de vitamina D podrían minimizar el riesgo de padecer la enfermedad.

18 diciembre, 2021

Rebeca Gil

La esclerosis múltiple es una enfermedad desmielinizante, inflamatoria y degenerativa del sistema nervioso central, que afecta en España a más de 50.000 personas, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Cada año se detectan en España unos 2.000 nuevos casos de esta enfermedad neurológica, que generalmente comienza a manifestarse en personas muy jóvenes, de entre 20 y 40 años.

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Este la convierte en la enfermedad neurológica más frecuente en adultos jóvenes y en el trastorno neurológico discapacitante no traumático más común en este rango de edad.

Afecta más a las mujeres, en una proporción de 3 de cada 4 casos, y en los últimos años se ha estado observando no solo un aumento en el número de casos, sino también en el porcentaje de pacientes del sexo femenino y en la edad de inicio de los síntomas.

«Aún se desconocen muchos de los factores que pueden influir en la aparición de esta enfermedad. En todo caso creemos que la mejora de técnicas para su diagnóstico, unido a los cambios de estilo de vida que se han producido en la población justifican, al menos en parte, este aumento del número de casos», explica el doctor Miguel Ángel Llaneza, Coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Desmielinizantes de la Sociedad Española de Neurología.

Coincide con esta afirmación la doctora Lorena García Vasco, de la Unidad de Neurología del Hospital La Luz.

Esta experta señala que, si bien la causa de la enfermedad aún es desconocida, sí sabemos que en su desarrollo influyen una combinación de factores, tanto genéticos (que predisponen a padecer la enfermedad), como infecciosos (algunas infecciones virales, como el virus de Epstein-Barr) o, incluso, ambientales.

«Respecto a estos últimos, se ha visto que las mujeres son más susceptibles y es conocido que la dieta, hábitos nocivos como el tabaquismo, la radiación ultravioleta B o el déficit de vitamina D influyen en el desarrollo y progresión de la enfermedad», explica García Vasco.

«Tanto es así, que diversos estudios han demostrado que, en latitudes con mayor distancia al ecuador, y con menor exposición solar y producción de vitamina D, la prevalencia e incidencia de esclerosis múltiple aumentan», afirma la doctora.

La vitamina D

Dentro de estos factores ambientales, ha adquirido importancia en los últimos años la vitamina D.

Según la neuróloga del Hospital la Luz de Madrid, aunque la vitamina D es muy conocida por sus funciones en la salud esquelética y la regulación del calcio y el fosfato, también posee efectos inmunomoduladores en las células inmunitarias tanto innatas como adaptativas.

Y su deficiencia parece aumentar el riesgo de desarrollar una serie de enfermedades autoinmunes, incluida la esclerosis múltiple, la diabetes mellitus tipo 1 y la enfermedad de Crohn.

Principales fuentes de vitamina D

En los seres humanos, las tres fuentes principales de vitamina D son la producción de la piel mediada por los rayos UVB, la ingesta dietética de alimentos ricos en vitamina D y los suplementos farmacológicos.

«La ingesta dietética es generalmente insuficiente para cumplir con los requisitos. Hay escasos alimentos ricos en vitamina D; el salmón, atún, aceites de hígado de pescado, o alternativas como alimentos enriquecidos en vitamina D, por lo que la síntesis a través de la exposición solar es la fuente predominante», reconoce la doctora Lorena García.

Esta especialista explica que, entre sus efectos inmunológicos, se ha visto que la exposición a la vitamina D in vitro mejora la capacidad del sistema inmunológico innato para eliminar patógenos, y a nivel de la inmunidad adaptativa promueve la producción de sustancias antiinflamatorias, reduciendo las proinflamatorias, con el consiguiente daño tisular asociado.

«Aunque no se conocen bien los mecanismos a través de los que ejerce este efecto inmunomodulador, la exposición a lo largo de la vida, desde el momento en el entorno intrauterino hasta el nacimiento y la edad adulta temprana, parecen influir en la susceptibilidad a la enfermedad», matiza.

En opinión de la doctora García Vasco niveles bajos de vitamina D en sangre se han relacionado con un mayor riesgo de esclerosis múltiple y diversos estudios sugieren que la reposición y suplementación de vitamina D podrían minimizar el riesgo de padecer la enfermedad.

«Además, en algunas observaciones en pacientes con esclerosis múltiple, se encontró que tener un nivel más alto de vitamina D en sangre se asociaba con menos lesiones nuevas en resonancia magnética, menor pérdida de volumen cerebral, menos recaídas y menor progresión en la discapacidad».

Aun así, su uso como potencial tratamiento coadyuvante para prevenir o mejorar la actividad de la enfermedad aún no está probado de manera concluyente.

La experta asegura que, aunque sigue siendo una enfermedad grave, un diagnóstico temprano y la mayor precocidad, efectividad y comodidad de los tratamientos, han determinado mejoras en la evolución de la enfermedad y la calidad de vida de los pacientes.

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