El Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IBIDELL) y el Hospital de Bellvitge confirman cómo la pandemia ha afectado a nuestra salud mental.
Unos efectos que algunos pacientes han notado más que otros, como es el caso de aquellos diagnosticados con Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).
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Según el estudio que han llevado a cabo de manera pionera ambas instituciones en España, se confirma la idea de que la próxima gran ola de la COVID-19 vendrá causada como consecuencia de los daños psicológicos y mentales que la pandemia tendrá sobre la sociedad.
Ya está haciendo estragos. En el caso de los pacientes con Trastorno Obsesivo Compulsivo, los resultados del trabajo llevado a cabo confirman que «aunque muchos pacientes con TOC fueron capaces de afrontar el estrés emocional del brote de COVID-19 y sus consecuencias durante la fase inicial de la pandemia, la evolución de la misma constituye un factor de riesgo para un agravamiento significativo de los síntomas y la ideación suicida en uno de cada tres pacientes obsesivos».
El estudio ha sido dirigido por la doctora Pino Alonso, integrante del grupo de Psiquiatría y Salud Mental del IDIBELL del Hospital de Bellvitge y publicado en la revista científica European Psuchiatry.
En la investigación han participado también investigadores del Centro de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas y del CIBERER de la Universidad de Santiago de Compostela, la Fundación Pública Gallega de Medicina Genómica del SERGAS, el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela y el Laboratorio de Neurociencia Psicológica de la Universidad de Minho de Portugal.
Aumento de las ideaciones suicidas
Los participantes en el estudio, que fueron sometidos a diferentes pruebas de control durante los últimos meses, mostraron en uno de cada tres casos (33% de los pacientes) un aumento de los pensamientos suicidas.
Se realizaron pruebas durante los momentos iniciales de la pandemia con pruebas específicas TOC llevadas a cabo por especialistas, además de una entrevista estructurada que permitió recoger información sobre los antecedentes clínicos de cada paciente y los factores sociodemográficos que los condicionaban.
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Estos datos se han comparado con los controles llevados a cabo en pacientes sanos de la misma área geográfica.
«Un 65 por ciento de los pacientes con TOC describieron un empeoramiento de sus síntomas y este deterioro fue muy significativo en el 31 por ciento de los pacientes entrevistados», indica la directora del estudio, la doctora Pino Alonso.
En esa comparación quedó demostrado que los pacientes sanos no experimentaron ningún tipo de aumento significativo de la ideación suicida, como en el caso de los pacientes con TOC.
En este último caso, además, vieron cómo empeoró su Trastorno Obsesivo Compulsivo por el miedo a contagiarse.
Aumentaron los rituales de lavado de manos, desinfección, no contacto con otras personas… su TOC se agravó en la mayoría de los casos.
Aumento del número de TOCS
Además, el estudio ha permitido corroborar cómo los pacientes diagnosticados con TOC han aumento el número y la prevalencia de los síntomas a causa de la pandemia de coronavirus.
Las estrictas medidas sanitarias impuestas y la constante reiteración en la necesidad de su cumplimiento han provocado la generalización de comportamientos que se asemejan a los que sufren en multitud de ocasiones los pacientes con algún tipo de Trastorno Obsesivo Compulsivo:
- Lavado frecuente de manos.
- Disminución del contacto físico.
- Reducción de contacto con cualquier superficie.
Todos han acabado aumentando los TOC obsesivos por reiteración de estos comportamientos de lucha contra la pandemia.
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