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Las mascarillas de tela, triples y bien ajustadas, pueden ser suficientemente eficaces

No hay más que salir a la calle para tener la sensación de que muchas personas han decidido optar por una máscara de tela para protegerse del coronavirus y proteger a los demás.

No son las más recomendadas en este momento, porque no está claro si cada persona conoce realmente la fiabilidad del modelo que lleva puesto, y lo pone con las garantías suficientes. Pero si son buenas mascarillas y se ponen bien, pueden ser muy eficaces.

Al menos eso es lo que se desprende de la investigación dirigida por Linsey Marr, profesora de ingeniería civil y ambiental en Virginia Tech y una de las principales especialistas en aerosoles del mundo

En esta investigación que acaba de ser publicada en MedRxiv bajo el título “Eficacia hacia adentro y hacia afuera de las mascarillas de tela, una mascarilla quirúrgica y un protector facial”, probaron 11 materiales diferentes que se utilizan para la fabricación.

Y los resultados confirman que no es imprescindible utilizar una mascarilla N95 (el equivalente a una FFP3) para estar perfectamente protegido y evitar contagiar y contagiarse del coronavirus.

Pero tiene que tratarse de un a mascarilla de tela adecuada y debidamente ajustada, para que pueda tener la eficacia necesaria. No vale cualquier cosa y no vale si la ponemos de cualquier manera, por muy buena que sea.

Cómo debe ser la mascarilla

Sin embargo, si los sumamos al uso de una mascarilla será muy bienvenido, por la protección que aporta a nuestros ojos, que no dejan de ser un lugar por el que puede entrar el virus.

Una protección segura, bien utilizada

En este estudio dirigido por la doctora Marr, probaron en las mascarillas de tela tanto la protección que daban hacia afuera (a los demás) como la protección interna (la propia). Y a la afirmación ya sabida de que son especialmente eficientes para proteger a los demás, añaden que frenan a los virus entrantes casi al mismo ritmo.

Claro que para que todo ello sea posible es absolutamente imprescindible utilizar las mascarillas correctamente. Tanto en los tiempos de uso como en la colocación. Se trata de respirar a través de la mascarilla, y no esquivando la mascarilla, como hacen algunos. Porque en esos casos nos librará de las multas, pero no de la enfermedad.

En todo caso, la especialista en aerosoles ha llegado a decir que “debemos tener claro que algo siempre es mejor que nada. Incluso la máscara de tela más simple, de una sola capa de material, bloquea la mitad o más de los aerosoles que creemos son importantes para la transmisión.”

Por supuesto que es preferible optar por un tejido más ajustado, con más capas y mejor, porque estaremos mucho más seguros. Pero lo peor es no llevar nada.