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La electroestimulación podría tratar de forma eficaz la disfagia

  • La disfagia es un trastorno de la deglución que puede tener consecuencias muy graves si no se detecta a tiempo.
  • Hoy en día no existe un tratamiento activo que permita la rehabilitación de la función deglutoria.
  • Ahora, un nuevo estudio afirma que la estimulación eléctrica transcutánea es una alternativa terapéutica segura y eficaz.

16 julio, 2021

Rebeca Gil

La disfagia orofaríngea es un trastorno de la deglución, el mecanismo por el cual el ser humano hace pasar el alimento, la saliva y los líquidos desde la boca hacia el estómago de una forma eficiente y segura.

En el transcurso de este recorrido, a la altura de la faringe se produce una encrucijada de caminos entre la vía estomacal y la vía aérea.

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El mecanismo muscular y sensitivo de esa zona debe funcionar correctamente para evitar que la comida tome el camino incorrecto y se introduzca en la vía aérea.

Y cuando este complejo mecanismo de precisión falla y no es seguro, estamos ante una disfagia y las consecuencias pueden ser muy graves si no se detecta a tiempo.

El 50% de los casos de disfagia se deben a un ictus

El origen de esta alteración de la deglución puede deberse a múltiples causas como enfermedades neurodegenerativas, cirugías en cabeza o cuello, tratamientos contra el cáncer y enfermedades neurológicas.

De hecho, la disfagia orofaríngea tiene como origen en el 50% de los casos el haber padecido un ictus.

Y se asocia a complicaciones severas como la malnutrición, la deshidratación, infecciones respiratorias y neumonía aspirativa, una de las principales causas de muerte en el primer año después del ictus.

Aun así, hoy en día no existe un tratamiento activo que permita la rehabilitación de la función deglutoria.

Una alternativa segura y eficaz

Dentro de las distintas iniciativas de investigación que se llevan a cabo para abordar esta alteración, hay que destacar un proyecto basado en la estimulación eléctrica transcutánea.

Un estudio desarrollado por investigadores del CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD) en el Hospital de Mataró que acaba de publicar la revista Neurorehabilitation and Neural Repair.

Este análisis concluye que esta técnica es una alternativa terapéutica segura y eficaz para el tratamiento de la disfagia orofaríngea (DO) tras un ictus.

El equipo de investigadores del CIBEREHD que lidera Pere Clavé en el Hospital de Mataró desarrolló un ensayo clínico aleatorizado controlado en el que participaron un total de 90 pacientes con disfagia orofaríngea post-ictus.

Los expertos aplicaron una terapia de estimulación eléctrica transcutánea (EET) a 2 niveles de estimulación, sensorial y motor.

Los pacientes fueron tratados con hasta dos ciclos (con 6 meses de diferencia) de 15 sesiones de EET de 1 hora durante dos semanas, y el equipo llevó a cabo un seguimiento de su evolución durante un año.

«Se trata del primer estudio que evalúa el efecto a largo plazo, con 1 año de seguimiento, de esta terapia en pacientes con disfagia post-ictus crónico», destacan los investigadores.

Resultados a largo plazo

Las conclusiones de este trabajo confirmaron que la estimulación eléctrica transcutánea es una terapia segura y eficaz para pacientes con esta alteración orofaríngea.

«No se encontraron efectos adversos relevantes asociados a la terapia y se observaron mejoras significativas en comparación con la evaluación pre-tratamiento y con respecto al grupo control», explica Pere Clavé.

En concreto, la terapia redujo la severidad de la disfagia, mejoró la respuesta motora orofaríngea incluyendo la protección de la vía aérea, y redujo la necesidad de espesar los líquidos en estos pacientes.

Estos efectos, además, se mantuvieron después de un año de seguimiento.

«Los resultados de este artículo abren la puerta a la aplicación de la terapia con EET en la práctica clínica habitual, rehabilitando la función deglutoria de los pacientes con disfagia post-ictus y mejorando su pronóstico y calidad de vida», concluye el doctor Clavé.

El equipo multidisciplinar que ha realizado el estudio incluye logopedas (V. Arreola), investigadores clínicos (O. Ortega, D. Alvarez-Berdugo, L. Rofes, N. Tomsen), neurólogos (C. Cabib, D. Muriana) y una bioestadística (E. Palomera) del grupo del CIBEREHD en la Fundació Salut del Consorci Sanitari del Maresme.

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