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Salud

¿Qué sabemos hasta ahora sobre el coronavirus de Wuhan?

04 marzo, 2020

María Velasco, infectóloga en el Hospital Universitario Fundación de Alcorcón.

Han pasado dos meses desde que irrumpió en nuestra cotidianidad un nuevo virus. El Covid-19 o coronavirus de Wuhan. Nada más aparecer, la comunidad médica y científica de todo el mundo se ha puesto manos a la obra para conocer todos los aspectos relacionados con el nuevo coronavirus y tratar de contener su propagación y sus efectos.

La extensión de la enfermedad y el incremento del número de casos hacen que la información cambie muy rápidamente, pero hasta el momento hay algunos aspectos claves sobre el Covid-19 que ya se conocen y aunque no paramos de escuchar cosas, es bueno pararse un momento y dar un repaso a lo que realmente sabemos.

¿Qué es el Covid-19?

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El nuevo coronavirus pertenece a una pequeña familia de virus conocida desde hace mucho tiempo. Entre ellos están aquellos que ocasionan el catarro común.

Pero desde el año 2000 a este clan se han ido sumando nuevos miembros, que han causado enfermedades respiratorias comunes de baja letalidad. Sólo ha habido dos tipos de coronavirus que han tenido consecuencias más graves, el SARS y el MERS, y que se consiguieron controlar.

Este virus aparece en China entorno a un mercado en el que, al mismo tiempo que se venden productos animales ya preparados para consumir, hay jaulas con animales vivos que pueden ser el caldo de cultivo ideal de nuevos virus. En estas condiciones, es fácil que los virus salten a humanos o a otros animales que las personas puedan consumir.

¿Cómo se transmite el nuevo coronavirus?

La infección por Covid-19 causa problemas respiratorios, lo que significa que la transmisión de humano a humano se produce a través de las gotas que emitimos al hablar, al toser o al estornudar.

Estas gotas pueden ser muy pequeñas, lo que les permite alcanzar más distancia al ser expulsadas, o ser más grandes y no consiguen llegar tan lejos. El nuevo coronavirus viaja en gotas de tamaño medio (50 micras). Este tipo de gotas alcanzan una distancia de alrededor de un metro afectando a personas situadas a menos de ese recorrido. Para hacernos una idea, sería la distancia que alcanzamos cuando estiramos un brazo.

Hay otros virus, como el de la tuberculosis, que viaja en las gotas más pequeñas, lo que aumenta su capacidad de transmisión.

Pero las gotas medias que albergan el coronavirus también pueden caer sobre cualquier objeto o superficie situado a esa distancia, donde el virus puede vivir unas horas. Tocar esa superficie o ese objeto y a continuación tocarnos la cara con las manos puede provocar la infección.

¿Cómo prevenir la infección por el nuevo coronavirus?

Hasta el momento la mejor forma de protegernos del coronavirus es la higiene. Por un lado se recomienda que si tosemos o estornudamos, lo hagamos bien sobre un pañuelo desechable que tiraremos nada más usarlo, bien sobre la parte interior del codo.

De esta forma evitaremos que las gotas portadoras de los virus se extiendan en nuestro entorno.

A este gesto tenemos que sumar una correcta higiene de manos. Lavándolas con agua y jabón o con una solución alcohólica, eliminamos los posibles virus que hubiéramos tocado. Al eliminarlos evitamos que entren en la nariz, la boca o los ojos.

También es recomendable evitar tocar el rostro con las manos en la medida de lo posible, y guardar distancia de al menos 1 metro entre personas.

Y ante cualquier síntoma respiratorio, lo mejor es permanecer en casa hasta que desaparezcan.

Se sabe que el virus puede estar presente en otros fluidos, como la sangre, las heces o la orina, pero hasta este momento no se conoce la capacidad de transmisión a través de los mismos.

El uso de la mascarilla sólo es efectivo en los pacientes ya infectados, para evitar la propagación del virus, y en el personal sanitario que los atiende y que, además, usará bata y gafas de protección.

Si estamos usando la mascarilla pero no nos hemos lavado correctamente las manos, lo único que estamos haciendo al ponerla y al quitarla es tocarnos precisamente las zonas de la cara a través de las que nos podemos infectar, así que la mascarilla no servirá de mucho.

Insistimos en la necesidad de toser en la parte interior codo y lavarse bien las manos.

¿Qué capacidad de contagio tiene?

No tiene la capacidad de contagio del sarampión, que es uno de los más contagiosos. En el caso del Covid-19, se sabe que una persona infectada puede afectar a otras dos o tres, lo que significa que tiene una capacidad de contagio limitada. Pero como no existe vacuna y por lo tanto inmunización, se está viendo que la epidemia dobla los casos de infectados cada seis días.

Se considera que en China ya se ha empezado a controlar la infección, por lo que los médicos e investigadores de este país ya están aportando a Europa, que es donde siguen apareciendo casos, información muy relevante.

En primer lugar, los estudios realizados en China indican que en la mayoría de los infectados la enfermedad cursa de forma leve o moderada.

Según los datos ya publicados, el 81% de personas que se van a infectar de este nuevo coronavirus van a tener unos síntomas leves o moderados. Un 14% que tendrá síntomas más graves, un 5% presentarán un estado muy grave o crítico y el 1% de los infectados no desarrollará ningún síntoma.

Actualmente la mortalidad por infección del Covid-19 se sitúa entre el 3 y el 4% según la Organización Mundial de la Salud. Esto significa que entre el 96-97% de las personas que se infectan con el nuevo coronavirus se recuperan.

Además, la mortalidad varía según la edad. En menores de 40 años es del 0.5%, a partir de los 50 años el porcentaje se eleva a poco más del 1%, pero en mayores de 70 años la mortalidad se sitúa entre el 8 y el 15% de los infectados.

Lógicamente estos datos son provisionales y pueden variar según vayan apareciendo más afectados en todos los países.

¿Qué factores pueden agravar la enfermedad?

Los datos publicados sobre pacientes señalan que el perfil típico de infectado por Covid-19 es el de un varón de 45 años. Es también relevante la presencia de muy pocos niños infectados por el Covid-19. Los pocos pacientes menores registrados han padecido la enfermedad sin apenas síntomas.

Entre los factores de riesgo que pueden agravar las infecciones causadas por el nuevo coronavirus están las enfermedades que ya sufriera el paciente con anterioridad. En especial las enfermedades cardiovasculares o cerebrovasculares (ictus, hipertensión, infartos) y la diabetes.

Curiosamente, representan menos riesgo aquellas personas con enfermedades tumorales, respiratorias y demencias. Según los datos que se conocen hasta ahora, el 76 % de los enfermos más graves padecían alguna dolencia previa.

¿Cuáles son los síntomas del Covid-19?

Como cualquier enfermedad el espectro de síntomas varía desde asintomático a muy grave. Los pacientes leves van a tener un cuadro de infección respiratoria muy similar a cuando se padece un catarro, una gripe u otra enfermedad vírica, pero con una particularidad, va a haber menos congestión nasal, menos mocos.

En algunas ocasiones estos síntomas pueden evolucionar hacia una neumonía, un shock o distres respiratorio. Son casos graves en los que los síntomas serán fiebre, tos con pocas flemas y dolor muscular. En pacientes muy graves, a estos síntomas se le sumara la sensación de falta de aire o la fatiga, conocida médicamente como disnea.

El periodo de incubación de la enfermedad es de entre 2 y 14 días y de media los pacientes acuden a consulta por los síntomas a los 5 días de comenzar. En cambio, la evolución es muy rápida, es decir, si en los primeros días de la infección los síntomas son leves, la enfermedad cursará leve. Los síntomas de gravedad aparecen rápidamente.

De momento no existe tratamiento frente al coronavirus. En los casos leves los fármacos que se utilizan son los habituales para tratar síntomas como el dolor, la fiebre o la tos, es decir, analgésicos y recomendación de beber mucha agua.

En casos más graves que requieren hospitalización, se han llegado a usar antirretrovirales para limitar la aparición de complicaciones.

Todavía no hay vacuna, así lo que lo más acertado es seguir las recomendaciones que está dando tanto la Organización Mundial de Salud y el Ministerio de Sanidad y que están basadas en la evidencia científica:

  • Toser o estornudar sobre un pañuelo que se desechará inmediatamente, o en la parte interior del codo.
  • Realizar una continua y correcta higiene de las manos.

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