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Los trasplantes en España resisten al coronavirus

  • 4.425 trasplantes gracias a 1.777 personas donantes tras fallecer y a 268 personas que donaron un riñón o parte de su hígado en vida
  • 2.700 trasplantes renales, 1.034 hepáticos, 336 pulmonares, 278 cardíacos, 73 de páncreas y 4 intestinales... y 197 infantiles
  • No se ha registrado ningún caso de sospecha de trasmisión del SARS-CoV-2 de donante a receptor
  • La mitad de los donantes (54,1%) supera los 60 años, el 28% supera los 70 y la edad máxima de un donante son 90 años

17 enero, 2021


Rebeca Gil
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El ritmo de donaciones y trasplantes iniciaban el año 2020 con un ascenso, en la línea de lo que ya venía produciéndose en esta red de solidaridad de la que nuestro país es líder indiscutible a nivel mundial.

Pero el crecimiento se quebró en el mes de marzo cuando estalló la crisis del coronavirus. La sanidad se saturó y las UCI alcanzaron ocupaciones máximas.

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Sin embargo, y a pesar de los graves problemas sanitarios, la actividad de la Organización Nacional de Trasplantes continuó, consiguiendo realizar 4.425 trasplantes.

Todo ello fue posible gracias a las 1.777 personas que donaron sus órganos tras fallecer, lo que nos sitúa en 37,4 donantes por millón de personas, y a las 268 personas que donaron un riñón o parte de su hígado en vida.

En concreto y según los datos facilitados por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) en 2020 se realizaron 2.700 trasplantes renales, 1.034 hepáticos, 336 pulmonares, 278 cardíacos, 73 de páncreas y 4 intestinales. La actividad de trasplante de donante vivo también se ha conseguido mantener, con un total de 257 renales y 11 hepáticos.

El coronavirus no ha impedido tampoco que se batan récords como los 197 trasplantes infantiles realizados gracias a la mejora del acceso de los niños al trasplante.

El esfuerzo de sanitarios, donantes, y todo el personal implicado en este tipo de operaciones, ha hecho posible que el descenso de trasplantes respecto a 2019 sólo haya sido de un 18,8%.

La solidaridad de la población española también ha contribuido a que el descenso de donaciones no cayera en picado, y sólo se ha registrado un descenso del 22,8%.

En cualquier caso y a pesar de la crisis sanitaria, la tasa de donación de España es muy superior a la del resto de países en época “pre-pandémica”, y lideramos el ranking de número de donantes de la Unión Europea.

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¿Cómo ha resistido el sistema de trasplantes?

El camino para mantener los niveles de trasplantes no ha sido nada fácil. Hay que tener en cuenta que sólo entre el 1 y el 2% de las personas que fallecen en un hospital lo hacen en condiciones de ser donantes. Además, el fallecimiento de estos donantes se produce en las UCI de los centros sanitarios, unidades que han estado muy saturadas, sobre todo en los momentos más críticos de la epidemia.

Además, cuando comenzó la pandemia se planteaba el problema de la seguridad de los pacientes y la preocupación por el impacto que la infección COVID-19 podría tener en los receptores de un trasplante.

Así, en los momentos más complicados de la crisis sanitaria se priorizó el trasplante de los pacientes en urgencia cero (que tienen prioridad absoluta en todo el territorio nacional) o en situación clínica muy grave, para los que el trasplante no puede esperar.

Poco a poco, se fueron obteniendo certezas sobre la transmisión y afectación del virus, lo que permitió a la ONT establecer una serie de medidas que permitieran ir recuperando, poco a poco, el ritmo tanto de donaciones como de trasplantes.

Las primeras medidas estaban relacionadas con la evaluación de los potenciales donantes y de los receptores. Realizar PCR a ambos y en caso positivo posponer el trasplante.

Según ha ido pasando el tiempo también se ha generado evidencia científica sobre el impacto de la infección en los pacientes trasplantados, con conclusiones que han ayudado a la gestión de los programas.

Se sabe que estos pacientes son más vulnerables a contraer la infección y pueden presentar estadios más graves de la Covid-19. En cambio, no ha registrado ningún caso de sospecha de trasmisión del SARS-CoV-2 de donante a receptor.

Además, la Organización Nacional de Trasplantes ha sido capaz de trasladar instrucciones claras a los centros hospitalarios sobre cómo gestionar el sistema ante una realidad que cambia cada semana, al hacer frente a nuevas olas de infección por Covid-19.

Así, cuando un hospital se satura a causa del incremento de contagios, se procede a priorizar a los pacientes críticos y a los donantes más idóneos (los de menos edad o con más órganos potencialmente trasplantables), tal y como se hizo durante la primera ola.

A pesar de los esfuerzos y de los buenos datos, el número de personas que están esperando un trasplante continúa en cifras similares a antes de la pandemia. A 31 de diciembre de 2020, se sitúa en 4.794 pacientes. De ellos, 92 son niños.

Perfil del donante

La donación en asistolia (donantes cuyo fallecimiento ha sido diagnosticado por el cese irreversible de las funciones cardiorrespiratoiras) es la principal vía para el aumento de trasplantes, con un total de 621 donantes.

En cuanto a los donantes fallecidos por accidentes de tráfico, el porcentaje sigue bajando gracias a la mejora de la seguridad vital, situándose en un 4,5%, uno de los datos más bajos de la última década.

Los accidentes cerebrovasculares continúan siendo la principal causa de fallecimiento de los donantes.

Si nos fijamos en las edades, más de la mitad de los donantes (54,1%) supera los 60 años, el 28% supera los 70 y un 5,4% los 80. La edad máxima de un donante efectivo se sitúa en 90 años, quien permitió realizar un trasplante de hígado y dos renales.

Las negativas a la donación se sitúan en un 14%. Este porcentaje se reduce a un 10% en el caso de los donantes en asistolia.

Avances pese a la pandemia

De la calidad del engranaje del Sistema de Trasplantes da buena cuenta que, a pesar de todas las dificultades provocadas por la crisis sanitaria, en el año 2020 se han conseguido realizar importantes avances científicos y sanitarios.

El primero de ellos es que nuestro país ha realizado, junto con Portugal, el tercer trasplante renal cruzado internacional del Sur de Europa en pleno pico de la epidemia.

Hasta hace poco tiempo, el corazón sólo se podía extraer de donantes en situación de muerte encefálica. Pero los avances científicos han permitido que esto haya comenzado a cambiar, y que donantes fallecidos en asistolia puedan donar su corazón. Así, este año se han realizado cuatro trasplantes de este tipo.

Por último, y también a pesar del coronavirus, se han realizado 2 trasplantes cardiacos en niños con tipos de sangre incompatible con el donante.

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