«La frecuencia de alergia a los alimentos se ha duplicado en los últimos 10 años. Según el último estudio epidemiológico realizado en España, el 20 % de los niños que acudieron a las consultas de Alergología fueron diagnosticados«, asegura la doctora M.ª Isabel Alvarado Izquierdo, alergóloga del Complejo Hospitalario Universitario de Cáceres y miembro del Comité de Alergia Infantil de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica.
Pero ¿de que alimentos hablamos? Desafortunadamente de muchos. Los que suelen provocar más alergias alimentarias en los niños menores de 4 años son la leche, los huevos y los pescados.
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En el caso de los más mayores son las frutas, como el melocotón, o los frutos secos, especialmente la nuez o la avellana, los que más problemas de alergias ocasionan.
Y el problema se complica todavía más cuando el niño es alérgico a varios alimentos. Más de un 30% de los menores alérgicos lo son a más de un alimento.
Con este panorama en muchas casas el comienzo del colegio para los más pequeños se convierte en un motivo de preocupación.
En especial para aquellos que entran al colegio por primera vez y que, además, van a hacer uso del servicio del comedor.
Afortunadamente, la seguridad alimentaria en los centros escolares está muy controlada para tranquilidad no sólo de los padres, sino también de los profesores.
Aún así, según los datos de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), alrededor de un 20% de las reacciones por alergias alimentarias se producen en las escuelas.
Consejos para niños con alergias alimentarias
Por eso, desde esta sociedad científica recuerdan algunas cuestiones básicas para iniciar la nueva etapa escolar con tranquilidad.
- Informar al colegio sobre la o las alergias del pequeño. Estos días los centros educativos ya están abiertos preparando el nuevo curso.
- Así que puede ser un buen momento para acercarse al centro para informar sobre las alergias del menor.
Si esto no es posible, hay que hacerlo el primer día de clase, si puede ser mediante una reunión con el profesor, mejor.
En el centro deben conocer «qué tipo de alergia padece el niño, qué medicación necesita y cómo administrarla y qué consejos de seguridad se deben seguir».
Además de al tutor, es necesario dar esta información a cualquiera que vaya a interactuar con el menor (resto de profesores, monitores, etc).
- Entregar el informe médico: si no lo tienes o ha habido alguna variación en la patología, se puede pedir al pediatra alergólogo.
- La medicación de rescate siempre: en caso de que sea necesario el autoinyector debe ser facilitado al profesor al inicio del curso.
Además, siempre hay que estar pendiente de que se conserve adecuadamente y se cambia cuando caduque.
- Asegurarse de que alguien del centro escolar sabe administrar la medicación de rescate en caso de crisis. Y es que, desafortunadamente, no todos los centros cuentan con una enfermera.
- Cumplir con el tratamiento pautado: comenzar el colegio no debe impedir que el niño siga con el tratamiento prescrito por el alergólogo.
- Enseñar al niño a manejar su enfermedad: cuanto antes el niño conozca qué enfermedad padece, qué alimentos no puede comer y qué tiene que hacer si sufre una crisis, es esencial.
- Facilitar la identificación del alumno: «el colegio debe informar a las familias sobre qué medidas deben llevar a cabo para identificar al niño con alergias y esa identificación debe ser reconocible por todo el personal escolar», explican desde la SEICAP.
Por otro lado, los niños deben llevar marcados los recipientes en los que se llevan las meriendas, o lo vasos o botellas.
- Tener toda la información sobre el servicio de comedor: «es fundamental que las familias tengan información completa sobre qué empresa lleva el catering del comedor escolar, qué medidas siguen para evitar los alérgenos y qué ingredientes se suelen utilizar» subrayan los expertos.
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