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La pandemia está haciendo desaparecer la bronquiolitis de urgencias y consultas pediátricas (podcast)

04 diciembre, 2020


Rebeca Gil
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Habitualmente a estas alturas del año las consultas y urgencias de pediatría se ven llenas de niños afectados por bronquiolitis.

Pero, si algo bueno se pudiera sacar de este año pandémico es que, afortunadamente, esta patología respiratoria ha desaparecido de las salas de espera pediátricas.

La bronquiolitis es una infección respiratoria producida por virus que provocan la inflamación de los bronquios y los bronquiolos, que son los conductos más pequeños que llevan el aire dentro del pulmón. Es una patología infantil, en concreto, una enfermedad que sólo afecta a los menores de 2 años.

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El virus que con más frecuencia provoca la bronquiolitis, entre el 65% y el 85% de los casos, es el virus respiratorio sincitial, el VRS. Hay otros virus, como el rinovirus, responsable del catarro común, que también pueden desencadenar esta patología respiratoria.

La doctora Raquel Jiménez, jefa de la Sección de Pediatría del Hospital Niño Jesús, explica que en hospitales pediátricos como el suyo y en centros de atención primaria, es habitual que en el mes de noviembre comiencen a registrarse las primeras consultas e ingresos de niños aquejados de bronquiolitis.

Sorprendentemente, y a pesar de estar preparados para el incremento de casos, este año el virus VRS no ha hecho acto de presencia. Sí que se registran algunos ingresos por bronquiolitis provocadas por otros virus, pero no por el virus respiratorio sincitial.

¿Qué está pasando? La doctora Jiménez maneja los boletines epidemiológicos de países pertenecientes al hemisferio sur para tratar de explicar el fenómeno. Por ejemplo, los informes de Australia, donde ya se ha superado el invierno y, por lo tanto, el pico epidémico de la bronquiolitis, muestran que allí tampoco se produjeron el número de infecciones que suele ser habitual.

El VRS marca una línea plana en el gráfico australiano, aunque tres meses más tarde de lo que hubiera sido habitual el pico epidemiológico volvió a aparecer.

Jiménez apunta a varias causas para explicar el descenso de infecciones. La principal es que las medidas de protección contra el coronavirus están funcionando también para el VRS.

Y es que la bronquiolitis, al igual que la Covid-19, se transmite por las gotas que expulsamos al hablar, al toser y por el contacto con objetos infectados. Así que el uso de mascarilla, el incremento de la higiene de manos y la distancia de seguridad están protegiendo del VRS a los más pequeños.

Además, teniendo en cuenta que la bronquiolitis afecta exclusivamente a los niños menores de 2 años, ahora estos bebés están especialmente protegidos. Y, lo más importante, cuando un niño tiene síntomas como mocos o tos, en estos momentos deja de acudir a las guarderías, lo que incide también en el riesgo de contagio de los demás.

Ahora la pregunta es ¿continuará esta tendencia durante todo el invierno?

La responsable de la sección de pediatría del Hospital Niño Jesús asegura que no se pueden hacer previsiones sobre lo que va a pasar y si el comportamiento del VRS aquí será similar a lo ocurrido en Australia.

“La incidencia del coronavirus no es la misma en los dos países, y las medidas de prevención tampoco son iguales, por lo que habrá que esperar a que pase el tiempo. No sabemos lo que va a ocurrir con la bronquiolitis este invierno”, explica Jiménez.

La bronquiolitis sólo padece una vez y siempre con menos de dos años

Por definición la bronquiolitis es la primera infección que se produce en las vías respiratorias del niño y que provoca dificultad respiratoria.

Sólo se llama bronquiolitis a este primer episodio, que siempre se produce cuando el niño es menor de 2 años. Posteriormente puede haber otras infecciones pulmonares en las que los niños tienen también problemas para respirar y sonidos pulmonares, pero ya no son bronquiolitis.

En estos casos estaríamos ante bronquitis de repetición, que afectan a niños que tienen hiper reactividad en los bronquios y que ante infecciones, como un simple catarro, desarrollan dificultades para respirar.

La mayoría de estos niños, con la maduración de los pulmones verán reducidos esos episodios, aunque otros pueden convertirse en asmáticos.

Ambas patologías son las principales causas de ingreso hospitalario en niños. Pero los ingresos por bronquiolitis se registran entre niños menores de 2 años, mientras en los afectados por bronquitis la edad es superior.

La pediatra proporciona un dato más para distinguir las dos enfermedades. La bronquiolitis no tiene tratamiento. Ninguno. De hecho, se ha observado que los broncodilatadores, como el famoso salbutamol, no son efectivos para paliar los síntomas de esta patología. En cambio, cuando hay una bronquitis este tratamiento inhalatorio si es efectivo.

Para los padres, que ven a sus bebés de pocos meses de vida con dificultades para respirar, es difícil asumir que la bronquiolitis no tiene tratamiento.

Cuando la dificultad respiratoria es muy aguda, lo único que pueden hacer los pediatras es darles un soporte para ayudarles a respirar mejor. Nada más.

Lavar la nariz con suero fisiológico en caso de que haya un exceso de mucosidad, ponerle en una posición semi incorporada, que el bebé haga las tomas con más frecuencia y menos cantidad, son algunas de las recomendaciones que los pediatras dan a los padres para favorecer la respiración del bebé.

En el caso de un agravamiento de los síntomas, que afortunadamente se produce en pocos casos, se les ayuda con oxígeno. Pero siempre la enfermedad la superan los niños por sí solos, sin ningún fármaco que les ayude más allá de analgésicos que les reduzcan la fiebre y les quiten el malestar.

Los casos más graves de bronquiolitis aparecen sobre todo en niños prematuros, en los bebés por debajo de los 3 meses y en los que tienen alguna patología previa como enfermedades cardiacas, pulmonar o neurológica.

Síntomas bronquiolitis

La bronquiolitis comienza normalmente como un catarro normal, con síntomas de las vías altas, es decir, mocos y tos.

Pero la clave para detectar que el niño tiene esta patología está en advertir síntomas de dificultad respiratoria.

¿Qué tenemos que mirar en el bebé?

La doctora Jiménez subraya varios signos que revelan que el niño no respira bien:
– cuando tiene una respiración más agitada
– le bambolea la tripa cuando respira y se le marcan las costillas al inspirar
– se le hunde el centro del cuello al respirar
– ensancha mucho las fosas nasales.

Otros signos pueden ser la irritabilidad, el rechazo de las tomas de pecho, o de alimento, o estar demasiado decaídos o percibir ruidos pulmonares, conocidos como pitos.

Y la fisioterapia respiratoria no está recomendada en este tipo de patología, cuando se está en plena infección. De hecho, no sólo no mejora la situación del niño, sino que en algunos casos puede complicarla.

La fase más aguda de la enfermedad dura entre 3 y 5 días, lo que ocurre es que la tos puede todavía permanecer durante varias semanas. Pero lo realmente importante es que desaparezca la dificultad respiratoria.

Aunque el coronavirus nos está poniendo fácil la prevención de la bronquiolitis, todavía queda mucho invierno por delante y el VRS es muy habitual entre noviembre y enero. Así que tengamos especial cuidado con los bebés.

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