Puede resultar increíble, pero hace más de un siglo, más de 101 años, una amenaza mundial a la salud provocaba reacciones de las autoridades muy similares a las que estamos viendo hoy en día. Y por mucho que haya avanzado la medicina, las recomendaciones básicas en estos momentos de vuelta a la normalidad siguen siendo prácticamente las mismas.
Entonces, en 1918, la amenaza también era un virus y se llamaba gripe, y su capacidad de contagio comenzaba a alarmar al mundo entero. Y con razón. Porque aquella gripe fue la que la historia aún conoce injustamente como ‘Gripe Española’ y mató entre 50 y 100 millones de personas en el mundo, aunque la cifra oficial no existe. Pero se considera aun hoy la mayor pandemia de la historia.
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En aquellos años no existía internet, ni las casas tenían televisores, pero sí que había periódicos, había papel y había formas de comunicarse con los ciudadanos para advertirles de los riesgos de la enfermedad, de las maneras de prevenirla, de algunas medidas a tomar… y hasta para desmentir bulos que podían confundir a la población.
Incluso en algunos lugares se pegaban carteles por la calle (como el de la imagen) en los que, entre otras cosas, se enseñaba a hacer una mascarilla. ¡Hace más de 101 años!
El documento que reproducimos aquí es un Boletín Oficial Extraordinario de la provincia de Burgos que está fechado el 4 de octubre de 1918 (la gripe española duró hasta 1920) y lo firma el Gobernador-Presidente, Andrés Alonso López.
En aquel momento las autoridades, tal y como sigue ocurriendo hoy con el coronavirus, comenzaron a decretar las medidas de ‘aislamiento’ e higiene que la población debía hacer para reducir el número de contagios. Medidas que por mucho tiempo que haya transcurrido desde entonces, tienen bastantes puntos en común con las que hoy debemos seguir poniendo en práctica para evitar los rebrotes que nos amenazan cada día.
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El texto del Boletín Oficial Extraordinario de la Provincia de Burgos señala la forma en que la Gripe Española se contagiaba: “Se propaga por las gotitas de saliva que despide el que habla, tose, etc. a nuestro lado, al ser respiradas por los que le rodean, si está enfermo o convaleciente”, consta en el texto oficial. ¿Les suena? Exactamente igual que hoy con el SARS-CoV-2.
Pero sigamos: ante esta forma de transmisión, el Gobernador-Presidente de la provincia de Burgos recomendaba “abstenerse de permanecer en locales cerrados, mal ventilados, donde se reúne mucha gente, como cafés, tabernas…” , algo muy parecido a lo que las autoridades sanitarias no paran de decirnos, con menos éxito de lo que sería deseable y necesario.
Además, otro de los mensajes que los sanitarios han repetido hasta la saciedad desde que comenzó la pandemia, la higiene de manos y la respiratoria, también aparece en este texto con más de 100 años. “Extremar la limpieza de las casa” o “tener mucha de limpieza de la boca”, son algunos de los consejos preventivos que las autoridades exigían a la población para controlar los brotes de infección.
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El Boletín Oficial de aquel 1918 también coincidía con la actualidad de 2020, al hacer referencia a la necesidad de ventilar frecuentemente los hogares y los lugares de reunión de personas, así como al asegurar que los mejores desinfectantes eran “el aire, el agua y la luz”.
Prueba de la gravedad de la situación, el texto narra la “triste experiencia” ocurrida en el municipio burgalés de Los Balbases. Los mozos de este pueblo «acudieron de forma irresponsable» a la función de Villaquirán (otro de los municipios), donde se contagiaron de la gripe.
Además, estos mozos participaron en las fiestas de su pueblo, lo que provocó que 800 de las 1.200 personas que en aquel año habitaban en Los Balbases fueran infectadas por la gripe.
Para recalcar la necesidad de que la población llevara a rajatabla dichas recomendaciones “aconsejadas por la ciencia”, el Gobernador de Burgos no duda en amenazar con duros castigos “a los incumplidores de esta disposición”.
También entra el documento oficial en el desmentido de rumores (cosa que también ocurre hoy en día) al aconsejar a los ciudadanos que deben “seguir los consejos del Médico y desoír a los ignorantes que os invitan a beber alcohol o consumir tabaco como remedios preventivos”.
Pero las recomendaciones de hace un siglo que se mantienen en la actualidad no se acaban aquí.
En la ciudad de Alberta…
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Un cartel en la calle decía lo siguiente:
EPIDEMIA DE GRIPE
(ESPAÑOLA)
La enfermedad es altamente contagiosa. Puede desarrollarse en una pulmonía severa.
No hay/habrá medicina que pueda prevenirla. Mantente lejos de reuniones públicas, teatros y otros sitios donde se hayan formado multitudes.
Mantén la boca y la nariz cubierta cuando tosas o estornudes. Cuando algún miembro de tu casa se ponga enfermo aíslale en una habitación.
La Sala debe ser cálida pero estar bien ventilada.
El que le atienda, debe ponerse una máscara antes de entrar en la habitación de los enfermos.
Y más abajo da unas instrucciones para poder fabricarse una mascarilla en casa.
Probablemente la mayor pandemia de la historia
Recordemos que mientras el mundo todavía estaba librando la I Guerra Mundial, un virus comenzaba a circular complicando mucho la situación. Se trataba de la llamada Gripe Española, considerada por muchos como la mayor pandemia de la historia, y que acabó con la vida de entre 50 y 100 millones de personas en todo el mundo.
A pesar de su nombre, Gripe Española, los estudios científicos han demostrado que su origen no estuvo en nuestro país. Pero la condición de España como país neutral en la Gran Guerra, hizo que la prensa publicara con total libertad cualquier información que se tenía sobre la pandemia, lo que causó que fuera llamada así.
Los contendientes, en cambio, silenciaron en sus medios de comunicación la infección que diezmaba la población mundial, para no dar esperanzas de victoria al enemigo. La realidad fue que ambos bandos sufrieron numerosísimas bajas como consecuencia de la gripe. Y es que la situación de hacinamiento en hospitales y frentes de batalla, entre otras cosas, no ayudó en nada a la contención de la enfermedad.
A pesar de ser neutrales, en nuestro país la pandemia afectó hasta a 8 millones de españoles, incluido el propio rey Alfonso XIII. Unas 200.000 personas, el 1% de la población de entonces, falleció a causa de la gripe.
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