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Solidarity: El ensayo clínico global contra el coronavirus que lidera la Organización Mundial de la Salud

01 abril, 2020

Sólo han pasado 3 meses desde que se dio la voz de alarma sobre la aparición de un nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2, y la Organización Mundial de la Salud ya ha puesto en marcha un ensayo clínico global, Solidarity.

Este estudio tiene como objetivo encontrar el tratamiento más efectivo para los pacientes con Covid-19 en el menor tiempo posible.

Y única manera de obtener resultados a corto plazo es centrarse en el uso clínico de medicamentos cuya efectividad y seguridad ya ha sido probada para otros usos. Es uno de los frentes farmacológicos contra el coronavirus que se complementa con el trabajo que también se está llevando a cabo en la búsqueda de nuevos fármacos y de una vacuna.

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El ensayo clínico Solidarity, según publica la revista Science, incluye 4 fármacos. El primero es un antiviral, el Remdesivir, que fue desarrollado para acabar con el ébola y, aunque no fue efectivo, se ha utilizado en algunos enfermos de Covid-19 porque actúa sobre una enzima similar a la que posee el coronavirus.

Otra opción terapéutica que se ha incluido en el estudio de la OMS son 2 medicamentos destinados al tratamiento de la malaria, en concreto, la cloroquina y la hidroxicloroquina. Este último ha sido utilizado en Francia, en un ensayo no controlado con 20 pacientes, en el que se pudo observar una significativa reducción de la carga viral en los enfermos.

También se ha incorporado un combinado antirretroviral, Ritonavir/lopinavir, usado para pacientes con VIH y que dado buenos resultados en modelos animales infectados por otros coronavirus como el MERS.

La última opción farmacológica incluida por la OMS es el uso del Ritonavir/Iopinavir combinado con interferón beta, una molécula implicada en los procesos inflamatorios.

Tal y como publica la revista Science, la OMS ha diseñado un sistema que permita la participación de varios países e incluya a miles de enfermos afectados por Covid-19. El método propuesto se ha simplificado al máximo para que puedan participar incluso aquellos hospitales que se ven saturados por el incremento diario de los casos de mayor gravedad.

Cuando los sanitarios consideran que un paciente confirmado de Covid-19 es susceptible de participar en el ensayo, lo único que deben hacer es incluir los datos del enfermo en el sitio web habilitado por la OMS para ello. Allí señalarán cualquier detalle de la historia clínica del paciente que podría influir en el curso de la enfermedad (patologías previas, por ejemplo).

El paciente también debe firmar un documento de consentimiento informado, que también es remitido a la OMS. Una vez iniciado el ensayo, el profesional médico sólo debe registrar la duración del ingreso del paciente, hasta su alta o su fallecimiento. Además deberán señalar si el enfermo requirió oxígeno o ventilación mecánica.

La elección del fármaco para el ensayo dependerá de la disponibilidad de los medicamentos que tenga cada hospital participante. La web de la OMS asignará aleatoriamente el que se ha de utilizar dentro de los disponibles.

Con el fin de reducir al máximo el tiempo para obtener conclusiones, no se utilizará el sistema de “doble ciego”, lo que significa que tanto el paciente como el profesional sanitario conocen qué tipo de medicación se está administrando.

Con este sistema se puede producir el conocido como efecto placebo, la modificación, muchas veces fisiológicamente demostrable, que se produce en el organismo causada por el estímulo psicológico al ser administrada una sustancia.

Pero en los casos mas graves de una enfermedad como el COVID-19, el efecto placebo es poco relevante. Una mejora significativa de estos casos indicará que el tratamiento tiene efecto farmacológico.

Y es que el tiempo es vital en la carrera contra el Covid-19.