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¿Cómo retomaremos la normalidad tras el confinamiento?

06 abril, 2020

En poco más de un mes algunos conceptos hasta ahora desconocidos para la gran mayoría se repiten en informativos, redes sociales y conversaciones familiares. Son “la curva” y, sobre todo, el “pico de la curva”.

Es la curva epidémica con la que los expertos sanitarios nos explicaban al inicio de la pandemia que, sin medidas de contención y sin el confinamiento, el contagio del Covid 19 se multiplicaría y nuestro sistema sanitario colapsaría. Es la misma curva que, con el esfuerzo de todos, está comenzando, poco a poco, a bajar.

Ahora comienza a dibujarse una línea descendiente en el gráfico de la curva. La señal de que cada vez nos contagiamos menos, de que nuestro sistema sanitario comienza a descargarse de la presión asistencial y de que, tal vez, la pandemia podría empezar a remitir.

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Pero ¿qué pasará cuando la curva llegue a su nivel más bajo? ¿Qué pasará con las medidas de contención de los contagios? ¿Cuánto tiempo más deberemos permanecer confinados? ¿Cómo volveremos a retomar la normalidad que regía nuestras vidas hace tan sólo un mes?

Rafael Ortí Lucas, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH), asegura que dar la respuesta más acertada a todas estas cuestiones depende de sólo una cosa, tener la información más real posible de lo que está ocurriendo con la pandemia en España.

“Está claro que hay muchos menos contagios, pero debemos ser muy cautelosos porque cualquier descuido puede disparar de nuevo la curva y provocar un nuevo pico de contagios”.

Evitar un repunte de contagios depende de obtener un panorama claro sobre la situación inmunitaria de la población y con ello determinar el nivel de inmunidad del grupo, de la sociedad. “En el hipotético caso de que se hubiera inmunizado toda la población la vuelta a la normalidad sería automática. Pero sabemos que esto no va a ser así”, asegura Ortí.

Para ello es necesario realizar pruebas serológicas, análisis de sangre que determinen qué porcentaje de la población española tiene anticuerpos contra el Covid-19. Estos análisis son distintos de las PCR que se han hecho hasta ahora y que lo que han permitido es conocer la presencia del virus, vivo o muerto, en el organismo de los pacientes. Es decir, estas pruebas lo que permiten es saber quién está contagiado en ese momento o ha sido contagiado.

La exposición al virus produce la generación de anticuerpos, lo que supone que esa persona no va a volver a pasar esa enfermedad salvo que haya una mutación del virus, cosa que se está analizando en este momento. Y conocer el número de personas que ya poseen los anticuerpos contra el coronavirus, va a determinar cuándo y cómo recuperaremos la ansiada normalidad.

Hasta ahora, con la realización de estas PCR hemos podido obtener un dato aproximado de las personas que han superado el Covid 19, pero es una mínima muestra de lo que realmente ha pasado.

Para el presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene, la situación más probable ante la que nos encontramos, es que entre el 30 y el 40% de la población haya pasado la enfermedad y, en consecuencia, haya generado anticuerpos contra ella, lo que se traduciría en un levantamiento paulatino de las medidas de confinamiento.

Pero apaciguamiento de medidas debería hacerse siempre con la mirada fija en la línea de contención de la epidemia. Es necesario estar en alerta permanente para detectar casos nuevos, que los habrá, de forma que se pueda dar una respuesta rápida, aislando al enfermo, y controlando y vigilando el entorno del infectado, con un solo fin: evitar más contagios.

Pero para Ortí la experiencia que hemos tenido con la realización de PCR durante este mes no permite un escenario muy halagüeño a la hora de practicar análisis serológicos a toda la población, aunque hay una ventaja, “tenemos más tiempo”.

La apuesta de los profesionales de medicina preventiva para conocer la inmunidad de grupo es realizar un muestreo serológico representativo de la población, como ya se ha hecho en Italia, para identificar los porcentajes de personas inmunizadas en cada comunidad. A partir de los datos obtenidos, la administración podrá decidir la puesta en marcha de medidas más o menos restrictivas en cada territorio.

En cualquier caso, los profesionales en medicina preventiva consideran que los primeros pasos podrían consistir en la vuelta al trabajo de aquellos sectores no esenciales, tal y como ocurrirá la próxima semana, para, posteriormente, ir a otros ámbitos de forma progresiva. También consideran que lo ideal sería que los colegios no volvieran a abrir hasta el próximo curso, ya que los niños son vectores de contagio importantes.

Pero Rafael Ortí también tiene claro que, además de las actuaciones que deben llevar a cabo las administraciones públicas, la sociedad debe entender que las cosas van a cambiar. En palabras del presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene, “hay una serie de medidas de higiene que se habían olvidado, por ejemplo, la importancia del lavado de manos que tanto nos recalcaban nuestros padres y abuelos, o la higiene respiratoria, y son hábitos que tienen que volver”.

También sería necesario recuperar, según Ortí, la disciplina social, no sólo en la población, sino también entre los sanitarios, “reacios a veces, por ejemplo, a vacunarse contra la gripe (sólo lo hace un 30%)”. Hay que entender que tenemos no sólo una responsabilidad con la protección de nuestra salud, sino también con la protección de la de los demás”.

“Si no aprendemos la lección tenemos un problema. Hay que cambiar los modelos en la configuración de oficinas, del transporte público, etc, que permitan mantener la distancia de seguridad entre individuos”.

Mientras tanto, cada uno a nivel individual podemos aportar nuestro grano de arena. ¿Cómo? Pues tal y como señala Rafael Ortí, mediante pequeños/grandes gestos como recuperar la higiene de manos, la respiratoria, tanto de mayores como de los niños; no acudir a urgencias cuando no sea realmente necesario, quedarnos en casa si tenemos cualquier síntoma de infección o no llevar al colegio a nuestros hijos si están con síntomas de infección.