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Salud

¡Somos más limpios que hace medio siglo, pero tenemos menos higiene!

01 febrero, 2020

Muchos recordaremos estas frases que formaron parte de nuestra infancia y juventud. Llegabas a casa y comenzaba el ritual diario del que era imposible zafarse: quítate los zapatos, cámbiate de ropa, lávate las manos y la cara y siéntate a merendar. El discurso estaba en todas las casas, y era igual para todos, independientemente de los recursos académicos, económicos, sociales, con los que la familia contase.

Siendo así, ¿deberíamos preguntarnos por qué? ¿Era un capricho de los adultos? ¿hacían bien? ¿Lo hacemos mejor nosotros ahora? Todas las respuestas se encuentran en la historia, solo hace falta el interés, la curiosidad y el tesón para encontrarlas. Y las que no se encuentren en ella, indudablemente estarán en la ciencia.

Vivimos en este planeta desde hace millones de años, pero no vivimos solos. Es bueno recordar que la población de microorganismos nos supera en número de forma apabullante. Teniendo en cuenta que muchos de ellos tardan tan solo 2 días en crear una nueva generación, cabe afirmar que su capacidad de adaptación y reproducción es, rotundamente, muy superior a la nuestra.

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¿Quiénes son estos microbios?

Sin entrar en excesivos detalles, y como explica metafóricamente en su libro “Vida Microscópica” David Burnie, tenemos un micro mundo en el que encontramos protistas, hongos, virus y bacterias. Todos ellos forman parte de nosotros y de lo que nos rodea. Algunos no nos afectan, otros nos protegen, y otros,según el medio y la concentración, pueden o no ser nocivos.

Los microorganismos capaces de producirnos daño son nuestros patógenos, y su acción ha sido descrita a lo largo de toda la historia. Gracias a la observación, el estudio y la tecnología los hemos ido conociendo. Saber qué necesitaban para su crecimiento (medio), dónde crecían y se multiplicaban (reservorio), cómo se transmitían, a quién atacaban (huésped), cómo alteraban el organismo (mecanismo de patogenicidad), y la forma de combatirlas, ha marcado siempre la historia del ser humano.

No hace tanto tiempo que nuestro mundo sufría epidemias que diezmaban las poblaciones. Peste bubónica, peste negra, viruela, cólera, fiebre amarilla, sífilis, polio… han sido descritas a lo largo de nuestra historia. Y por eso es fácil comprender que de generación en generación se pasase la información necesaria para que la historia no se repitiese. Y así fue como a nuestros adultos les grabaron a fuego las precauciones imprescindibles para alejarse de la enfermedad. Llegamos al concepto de higiene.

¿Qué es la higiene? ¿Es lo mismo que la limpieza o la desinfección?

Pues no. Y lo primero será diferenciar:

  • LIMPIEZA: Uso de agua y jabón para quitar las manchas y la suciedad.
  • DESINFECCIÓN: Uso de desinfectantes para la eliminación de microorganismos.
  • HIGIENE:Acciones encaminadas a prevenir la enfermedad y conservar la salud.

Hemos podido observar cómo, a medida que han ido pasando los años, se ha mejorado la información y el acceso a los recursos necesarios para una buena higiene de la población general. Se dispone de gran cantidad de productos para la limpieza, al alcance de todas las
economías, y se limpia más. No hay duda.

Sin embargo, al mismo tiempo, se han ido abandonando prácticas de prevención de la enfermedad. Nos preguntaremos por qué ha ocurrido
esto, cuál es la causa. Quizá nos estemos olvidando de esas epidemias que mermaban las poblaciones. Lo vemos muy lejano, pero los microorganismos están muy cerca, y no son estáticos, mutan, adquieren resistencias, se adaptan a los cambios y empiezan a multiplicarse en donde antes no lo hacían.

Acciones como comer con las manos limpias, lavarse las manos después de entrar al baño, no depositar en sitios sucios objetos limpios, y viceversa, etc., se han ido perdiendo hasta casi desaparecer. Son prácticas de prevención de la enfermedad, muy básicas, que nuestros mayores nos enseñaron y que nosotros parecemos haber olvidado. Y, lo que es aún más grave, que no estamos transmitiendo a las generaciones que nos siguen.

Nada ocurre de un día para otro y las resistencias actuales de las bacterias a los antibióticos hacen necesario que recuperemos los hábitos higiénicos cuanto antes. Campañas como el lavado de manos, emitida desde organismos públicos relacionados con la salud, son de suma importancia para concienciar a la población general y a los profesionales relacionados con la salud, de la importancia de la prevención de la enfermedad.

La OMS estableció en al año 2005 la mejora en la higiene de manos como un objetivo para mejorar la seguridad del paciente con el lema “una atención limpia es una atención más segura”.