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Ómicron hace cambiar la opinión de los científicos sobre la tercera dosis de las vacunas

  • La nueva variante ha hecho que ahora sean mayoría los científicos que piden que se ponga la tercera dosis a todos los vacunados
  • "Si Delta fuera la amenaza, como antes, los refuerzos no estarían justificados. Pero Ómicron puede ser un enemigo más formidable"
  • En el caso de los jóvenes, la nueva amenaza hace que ahora los beneficios de la tercera dosis superen a los riesgos de la nueva variante

02 diciembre, 2021

Michael Houses

La idea de vacunas de refuerzo para todos ha tenido hasta ahora una importante oposición entre los científicos.

Un alto porcentaje de expertos lleva tiempo considerando que no es necesaria para todas las personas ya vacunadas, y aconsejaban limitarla a los casos de riesgo, tanto por dolencias previas como por edad.

Por eso en la mayoría de lugares la tercera dosis de la vacuna del coronavirus se ha aprobado sólo para mayores.

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Pero la variante Ómicron ha venido a dar un giro radical, y hoy son ya mayoría los científicos que piden que se ponga la tercera dosis a todos los vacunados.

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¿Qué ha cambiado en la opinión de los científicos?

La verdad es que un cambio de criterio tan rápido entre los científicos es muy llamativo.

Sobre todo cuando hace sólo una semana muchos expertos en salud pública de los EE. UU. se opusieron ferozmente a la campaña de la administración Biden, que planteó poner inyecciones de refuerzo de las vacunas contra el coronavirus a todos los adultos.

Aseguraban que era muy poca la evidencia científica que respaldaba las dosis adicionales para la mayoría de las personas.

Pero la variante Ómicron ha cambiado todo eso.

Su casi medio centenar de mutaciones, la mayoría de ellas en el pico, les ha llevado a un convencimiento previo (no hay pruebas por el momento) de que eso hace bastante probable que la variante eluda la protección de las vacunas en un grado significativo.

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Por el contrario, hasta ahora parece ya probado que las dosis de refuerzo elevan claramente los niveles de anticuerpos, fortalecen las defensas contra la infección y pueden ayudar a contrarrestar las ventajas que las mutaciones le puedan haber dado a Ómicron.

Por eso en estos momentos, en los que todavía nos faltan muchas cosas por saber, la ciencia considera una importante medida de prudencia a las terceras dosis, que incluso algunos califican como “la mejor defensa contra la nueva variante”.

Y es que están convencidos de que al menos pueden ralentizar la propagación.

Un logro que sería muy importante porque nos permitiría ganar tiempo para que los fabricantes de vacunas desarrollen una formulación específica contra Ómicron, en el caso de que llegue a ser necesario.

¿Hay que tener miedo a Ómicron?

Como ya hemos dicho, el hecho de que Ómicron tenga más de 50 mutaciones genéticas, y que más de 30 de ellas sean en el pico, abre la puerta a que el virus pueda colarse por nuevas vías que las vacunas no tienen detectadas y, por lo tanto, no “entrenan” contra ellas a los anticuerpos.

Esa es la principal razón del temor generalizado entre los expertos, y del cambio de criterio del mundo científico en cuestión de muy pocos días.

Como explican varios científicos norteamericanos:

“Si Delta fuera la única amenaza, como antes, las dosis de refuerzo no estarían justificadas. Pero Ómicron puede ser un enemigo más formidable”.

Y como añade un prestigioso virólogo de Nueva York, John Moore,

«Si es muy resistente a los anticuerpos, lo que en estos momentos parece probable pero no probado, entonces son apropiadas las dosis adicionales. Y aunque me gustaría ver más datos, lo cierto es que no le hará daño a nadie tener esta protección adicional».

En cualquier caso, hay que seguir esperando y aunque la poca gravedad de los primeros casos no reduce los riesgos de contagios masivos, sí parece infundir esperanzas.

¿Son seguras para los jóvenes las terceras dosis?

Ha sido uno de los temas más debatidos en los últimos tiempos, debido fundamentalmente a la escasez de investigaciones sobre la seguridad de las vacunas de refuerzo en adultos jóvenes.

La realidad es que un estudio realizado en Israel y hecho público a primeros de octubre en la prestigiosa revista New England Journal of Medicine, encendía una luz de alarma.

Según esta investigación, 11 de cada 100.000 hombres de entre 16 y 29 años pasaban a tener un mayor riesgo de desarrollar problemas cardíacos después de recibir una segunda dosis de vacunas contra el coronavirus fabricadas por Pfizer-BioNtech o Moderna

El estudio concreta el riesgo en la aparición de problemas poco frecuentes en esa franja de edad, como miocarditis, inflamación del corazón, pocos días después de haber recibido la segunda dosis de una vacuna de ARNm.

Lo que ocurre es que mientras hace una semana los científicos no tenían muy clara la ecuación coste / beneficio de la tercera dosis, ahora, ante la amenaza de Ómicron, todos han pasado a pensar que los beneficios de esa tercera dosis superan con claridad a los riesgos de la nueva variante.

Y por eso han pasado a recomendarla también en los jóvenes.

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