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¿Por qué es peligroso calentar los pies en calefactores o braseros?

  • Los podólogos advierten que calentar los pies en una estufa puede acarrear importantes problemas de salud
  • El peligro es mayor en personas de más edad o con alguna patología de base, como diabetes o problemas circulatorios

22 enero, 2022

Rebeca Gil

Enero tiene fama de ser el más frio del año. Y los datos climatológicos así lo avalan. Además, la previsión meteorológica de los expertos augura unas temperaturas más bajas de lo normal para lo que queda de mes.

Estas bajas temperaturas hacen que en muchos hogares se recurra a las estufas y los populares braseros. Manos y pies se quedan fríos, y la tentación de acercarlos a estos emisores de calor es fuerte.

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Pero ¡cuidado! Los especialistas del Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) advierten de que esta práctica de acercar los pies fríos al calor puede acarrear importantes problemas de salud.

En especial si quien lo hace es una persona de más edad o con alguna patología de base, como diabetes o problemas circulatorios.

Cuidado con los pies fríos y las fuentes de calor directas

Maite García, vicepresidenta del ICOPCV, explica la importancia que debemos darle a que las habitaciones donde están las personas mayores estén caldeadas. Pero siempre teniendo mucho cuidado con las fuentes de calor directas.

«Es importante porque es muy frecuente que sientan los pies fríos y eso les hace tener tendencia a acercarlos al brasero o al calefactor. Y como también es habitual que padezcan neuropatías o alteraciones de la sensibilidad, pueden estar sufriendo quemaduras y no se dan cuenta porque no lo perciben», ha explicado

Y es que no podemos olvidar que las quemaduras en los pies no son algo extraño ni excepcional en las consultas de los podólogos.

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Eritema calórico

Y no sólo quemaduras. Poner los pies en un calefactor o demasiado cerca puede causar otros problemas en los pies que acaban llevando a los abuelitos a la consulta del podólogo con demasiada frecuencia, señala Maite García.

«En estas fechas nos encontramos demasiadas veces con el llamado Eritema Ab Igne, que son unas manchas oscuras de aspecto reticulado que aparecen en la zona de la piel expuesta a una fuente de calor crónica como son estos braseros, calefactores, mantas eléctricas, etc».

Por suerte no es una dolencia grave y la lesión remitirá poco a poco, con tan sólo dejar de arrimarse tanto a la fuente de calor directa.

No obstante, desde el ICOPCV advierten de que, en el caso de las personas mayores, hay que tener un cuidado muy especial y sobre todo en estas fechas.

«Se han llegado a dar casos de quemaduras graves que, precisamente debido a sus problemas circulatorios, cuesta mucho curar. Y eso disminuye su capacidad de movimiento y afecta a su salud en general obligándoles a un mayor sedentarismo».

Además, en casos extremos, si se mantiene la presencia de esta fuente de calor de forma constante se han llegado a desarrollar tumores malignos cutáneos como el carcinoma epidermoide, un tumor maligno de la piel.

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