Sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. Este dicho popular nos lo podríamos aplicar casi todos cuando hablamos de la protección solar. Cuando terminan las vacaciones recogemos las maletas, guardamos los bañadores y nos olvidamos del sol hasta el verano siguiente.
Y si alguien lo sabe bien son los farmacéuticos, que ven como según crecen los grados en el termómetro, van llegando a la farmacia la demanda de fotoprotectores solares.
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Por eso, el Consejo General de Colegios Farmacéuticos ha preparado un documento sobre los mitos y los bulos más generalizados en lo que se refiere a la protección solar. En él repasa 16 tópicos que oímos habitualmente entre amigos, familiares y vecino. Y de esos 16 sólo 4 son verdaderos, el resto no sólo son erróneos sino que pueden poner en peligro nuestra salud.
Así, afirmaciones como que las gafas de sol solo las debemos usar en verano, que los fotoprotectores nos impiden broncearnos o que el uso de fotoprotectores puede provocar déficit de vitamina D son falsas y pueden desincentivar las medidas preventivas y provocar daños en la piel y los ojos.
Tomás Muret, vocal de Dermofarmacia del Consejo General, llama la atención sobre la necesidad de «seguir insistiendo a la población sobre la importancia del uso adecuado de los fotoprotectores solares, única barrera eficaz contra los rayos solares que pueden dañar la piel y provocar quemaduras, cáncer de piel y diferentes tipos de fotodermatosis».
Así que vamos a repasar, y desmontar si es preciso, los 16 principales mitos con ayuda de los farmacéuticos:
- Las gafas de sol solo en verano: FALSO. Las radiaciones solares son perjudiciales y pueden afectar a todas las estructuras oculares por lo que es conveniente protegerse a lo largo de todo el año.
- Si está nublado no se necesitan gafas de sol: FALSO. Las radiaciones UV pueden atravesar las nubes.
- Todas las gafas oscuras protegen de los rayos UV: FALSO. La protección de las gafas de sol viene dada por la categoría del filtro, no el color.
- Las gafas rayadas no perjudican la visión: FALSO. Unas gafas rayadas pueden provocar pequeños deslumbramientos y una disminución de la agudeza visual.
- Los niños no se tienen que proteger del sol: FALSO. Tanto la piel como los ojos de los niños son más sensibles que las de los adultos. Así que hay que protegerlos siempre.
- Las lentes polarizadas son mejores: VERDADERO. Filtran radiación con una determinada dirección, eliminando reflejos y mejorando visibilidad.
- Las gafas caras son mejores, FALSO. Muchas veces la marca encarece el precio, sin tener relación con la calidad. Se pueden encontrar modelos más o menos económicos y que esté homologados.
- La radiación UVB no atraviesa los cristales, pero la IR y la UVA sí: VERDADERO. Hay que tenerlo en cuenta para protegerse de manera óptima.
- Utilizar fotoprotectores impide ponerse moreno: FALSO. El protector solar siempre permite el paso de radiación suficiente para producir el bronceado.
- Usar poca cantidad de fotoprotector disminuye su eficacia: VERDADERO. Es necesario aplicar una cantidad sufciente (2mg/cm2) para una óptima fotoprotección o disminuirá el FPS.
- Estando a la sombra no necesito protegerme del sol: FALSO. Puede recibirse por reflexión hasta el 80 % de la radiación UV.
- El sol no envejece la piel: FALSO. El sol es uno de los factores que más infuye en el envejecimiento de la piel.
- El uso de fotoprotectores hace que se tenga un déficit de vitamina D: FALSO. Entre 15- 30 minutos diarios de exposición solar en piernas y brazos descubiertos es suficiente para mantener unos niveles óptimos de vitamina D.
- El protector solar dura varios veranos, FALSO. Siempre se debe consultar el etiquetado del producto para ver el tiempo de validez después de su apertura.
- Usar fotoprotectores orales hace que no sea necesario utilizar fotoprotector tópico: FALSO. La fotoprotección oral es complementaria a la fotoprotección tópica, en NINGÚN caso la sustituye.
- Los fotoprotectores orales actúan frente a la carcinogénesis y el envejecimiento inducidos por la radiación UV: VERDADERO. Pero es necesario llevar a cabo más investigaciones.