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Responde el doctor

Qué es la insuficiencia cardíaca, cuáles son sus síntomas y cómo evitarla

  • Es un problema muy grave de salud pública. El número de casos se ha duplicado en todo el mundo hasta los 64,3 millones
  • Los principales síntomas de la insuficiencia cardiaca son la dificultad para respirar, especialmente cuando se realiza un esfuerzo físico, y la retención de líquido, generalmente en las piernas y los pies.

15 marzo, 2021


Rebeca Gil
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La insuficiencia cardiaca se produce cuando el corazón no es capaz de bombear la cantidad suficiente de sangre rica en oxígeno que necesita el organismo para su correcto funcionamiento. En otras palabras, el corazón está fallando.

Es un problema muy grave de salud pública a nivel mundial. Y es que, el número de casos de insuficiencia cardiaca se ha duplicado en todo el mundo pasando de 33,5 millones en 1990 a 64,3 millones en 2017, según un reciente estudio publicado en el European Journal Preventive of Cardiology, revista de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC).

Si nos fijamos en España, esta dolencia afecta al 2,7% de la población mayor de 45 años y al 8,8% de los mayores de 74. A pesar de estos datos, los expertos en cardiología señalan que se trata de una patología desconocida y olvidada.

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¿Qué produce la insuficiencia cardiaca?

Las causas son varias, según explica la doctora Marta Farrero, secretaria general de la Fundación Española del Corazón.

Se pude deber a «un fallo del propio músculo cardiaco que pierde fuerza y acaba dilatándose. En muchas ocasiones la causa de esa dilatación no está clara, pero en otras se debe a la presencia de enfermedad coronaria, arritmias o al efecto tóxico del alcohol u otras sustancias».

Es decir, muchas enfermedades del corazón acaban terminando en insuficiencia cardiaca.

Pero en otras ocasiones los expertos en cardiología se encuentran casos de insuficiencia cardiaca en los que el corazón conserva su fuerza normal. «Aquí el problema viene de una sobrecarga del corazón, que no es capaz de responder adecuadamente y entra en fallo cardiaco», añade la especialista.

La hipertensión arterial también conduce con frecuencia a este tipo de insuficiencia cardiaca.

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Síntomas y tratamiento

Los principales síntomas de la insuficiencia cardiaca son la dificultad para respirar, especialmente cuando se realiza un esfuerzo físico, y la retención de líquido, generalmente en las piernas y pies. Ante cualquiera de estos síntomas es importante consultar con un especialista.

Una vez diagnosticada la insuficiencia cardiaca, el cardiólogo determinará cuál es el mejor tratamiento en cada caso. Una de las posibilidades sería centrar todos los esfuerzos en tratar la causa de la insuficiencia, bien sea hipertensión, diabetes o colesterol.

Existen también medicamentos que han demostrado su eficacia produciendo una mejoría en el pronóstico de la IC, reduciendo los síntomas y evitando nuevos episodios de la enfermedad.

En casos más graves, el experto en cardiología puede determinar la conveniencia de implantar un marcapasos, resincronizador o un desfibrilador, que ayude a mejorar los síntomas y reducir el riesgo de muerte súbita.

Prevención: alimentación y ejercicio físico

En todo caso, prevenir su aparición es posible con un control adecuado de los factores de riesgo cardiovascular. De hecho, el doctor Carlos Macaya, presidente de la FEC, insiste en que «una de las principales medidas de prevención de esta enfermedad pasa por una adecuada información y formación de la población sobre los factores de riesgo cardiovascular».

  • Mantener una alimentación saludable, variada y equilibrada. Sí, ya sabemos que esto es como un mantra de la salud, pero a veces se nos olvida. Así que, recordar que nada de sal, porque provoca retención de líquidos que pueden provocar un fallo cardiaco. Y mucha fruta, verdura, legumbres y pescado, para mantener unos buenos niveles de colesterol en sangre.
  • Realizar ejercicio físico de forma regular. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a los adultos (18-64 años) dedicar, como mínimo, 150 minutos semanales a la práctica de actividad física aeróbica de intensidad moderada, o bien 75 minutos semanales de actividad física aeróbica vigorosa cada semana. También puede realizarse una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas.
  • Visitar regularmente al médico para controlar las enfermedades asociadas a la insuficiencia cardiaca, como la diabetes, el colesterol elevado o la hipertensión. Diversos estudios han evidenciado, por ejemplo, la estrecha relación que existe entre la hipertensión arterial y el desarrollo de insuficiencia cardiaca. Así que, un correcto control de la tensión arterial permitirá adelantarnos a futuros episodios de insuficiencia cardiaca.
  • Ojo con el exceso de peso. Tanto el sobrepeso como la obesidad son causas directas de insuficiencia cardiaca. Un estudio, publicado en la revista Plos Medicine, mostraba que el incremento de una unidad del Índice de Masa Corporal (IMS) supone un aumento de un 20% del riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca.
  • Lo de casi siempre: Por último, y por más conocido que le resulte, nada de tabaco, alcohol o drogas.

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