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Los expertos coinciden en que la «cuarta ola» de la pandemia será la de la salud mental

  • La Unidad de Trastornos Bipolares del Hospital General informa de que los trastornos depresivos se han visto incrementados "de forma notable" en relación con la situación de pandemia por la COVID-19.

18 junio, 2021

Rebeca Gil

Con la incidencia acumulada por debajo de 100, el alto ritmo de vacunación, y la perspectiva de que dentro de poco las mascarillas dejen de ser parte de nuestra indumentaria en exteriores, parece que comenzamos a respirar después de más de un año de pandemia.

A pesar de ello, los especialistas de atención primera y medicina general está preocupados por la llegada de una «cuarta ola» en el que la Covid-19 va a dejar su protagonismo a otro problema de salud, el de los trastornos mentales.

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Una ola que según el doctor Miguel Alfonso García Escudero cree que se va a prolongar en el tiempo porque se asocia a factores como la crisis económica, y los médicos van a tener un aumento de los casos de depresión entre sus pacientes.

Este psiquiatra de la Unidad de Trastornos Bipolares del Hospital General y Universitario de Elche ha informado que los trastornos depresivos y los de ansiedad se han visto incrementados «de forma notable» en relación con la situación de pandemia por la COVID-19.

«Aunque es pronto para saber hasta dónde llegará este impacto, un interesante análisis reciente de varios estudios concluye que la prevalencia de depresión es tres veces más elevada, cuatro veces más para ansiedad y cinco veces más para el trastorno por estrés postraumático», según el experto, que también ha señalado que hay prevalencias significativamente más altas de insomnio y distrés psicológico.

Esta incidencia ha sido muy importante en las personas de edad avanzada y lo está siendo mucho en la población infanto-juvenil, «lo que está dando lugar a un aumento muy notable de demandas de atención en este grupo de edad».

Precisamente, la puerta de entrada al sistema sanitario de los pacientes con cuadros depresivos es, como en la mayoría de las patologías, la consulta del médico general y de Familia, donde alrededor de un 20% de las consultas pueden tener que ver con un problema de salud mental.

«Esto hace imprescindible que los médicos de Familia tengan las habilidades necesarias para afrontar el cuidado de estos pacientes que, en la mayoría de las ocasiones, pueden ver resuelto su problema de Salud Mental en esta primera instancia asistencial», según el experto.

En general, según García Escudero los médicos especialistas de Medicina Familiar y Comunitaria «están perfectamente formados y capacitados para abordar la mayoría de los casos de trastornos mentales no graves», como lo son la mayoría de los trastornos depresivos y de ansiedad que atienden en sus consultas.

Pero también es cierto que es necesario que reciban formación continuada en este, como en otros aspectos de la Medicina.

Sin embargo, la verdadera dificultad para el correcto abordaje de los trastornos de salud mental tiene que ver sobre todo con la falta de tiempo en las consultas para que el médico de Atención Primaria pueda realizarlo.

Causas de la «cuarta ola»

Muchos de los factores de riesgo que se conoce que pueden estar relacionados con los trastornos depresivos y de ansiedad se han dado de forma conjunta e importante en esta pandemia.

«La soledad y el aislamiento social, la sobreinformación sobre aspectos negativos, la incertidumbre, los problemas económicos, etc. están en la base de muchos de estos casos», señala el psiquiatra.

«Muy importante las situaciones de pérdida de seres queridos que se han dado en circunstancias muy difíciles y que hacen que la elaboración de esas pérdidas sea más complicada. Sin olvidar las secuelas físicas y mentales de muchos de los pacientes que han superado procesos graves de la enfermedad y la presión a la que muchos grupos de trabajadores esenciales estuvieron sometidos en los peores momentos”, añade García Escudero.

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Durante esta época, los datos reflejan un aumento de las cifras de prescripción tanto de antidepresivos como de ansiolíticos. El experto no cree que el autoconsumo haya sido una parte importante del problema, dado que «en general, los psicofármacos requieren de prescripción médica y no es habitual que se puedan consumir sin la misma».

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