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Los internistas alertan: así está afectando ya el cambio climático a nuestra salud

  • El aumento de la temperatura del planeta favorece la aparición de nuevas amenazas externas importantes para la salud
  • La contaminación atmosférica afecta a más del 90% de la población mundial y las actuales medidas no son suficientes

13 diciembre, 2021

Rebeca Gil

Los científicos ya lo vienen advirtiendo desde hace tiempo, tanto el cambio climático como la contaminación ambiental son ya un peligro.

Ahora son los médicos internistas españoles los que se suman a esta alerta afirmando que estos dos fenómenos son «amenazas importantes para la salud» y que las actuales medidas de acción climática «no son suficientes».

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La contaminación medioambiental supone ya un importante factor de riesgo para el «desarrollo o exarcebación de múltiples patologías respiratorias y cardiometabólicas» y se relaciona con hasta el 30% de muertes por enfermedad cardiovascular.

Además de «perjudicar la salud de los pacientes más vulnerables (con EPOC, cáncer de pulmón, etc.) y de causar daño a nivel sistémico de las personas, no solamente de las más vulnerables, sino también de las sanas, que igualmente son susceptibles al perjuicio de la polución, incluso a edades tempranas según estudios recientes».

Cambio climático

Respecto al cambio climático, se sabe que «el aumento de temperatura ambiental provoca adaptaciones de la propia fisiología, por ejemplo, al calor» y favorece la aparición de nuevas amenazas externas, como es la «aparición de mosquitos, vectores de enfermedades, que acarrean enfermedades desconocidas hasta ese momento en determinadas poblaciones», explica la doctora Álvarez de Arcaya.

Según el informe Lancet Countdown 2021, todas las regiones del mundo se ven afectadas por el cambio climático y su impacto en la salud está empeorando en comparación con décadas pasadas. El calor extremo, la idoneidad ambiental y la transmisión de enfermedades infecciosas es ya un fenómeno global.

«Las olas de calor afectan directamente a la población más vulnerable, los mayores de 65 años y los menores de 1 año, en países con índice de desarrollo humano alto, medio y bajo, aunque no se conoce bien el número de personas que mueren prematuramente por el calor extremo«, recuerda la doctora Álvarez de Arcaya.

En 2020, el 19% de la superficie terrestre estuvo afectada por sequía extrema, lo que puso en peligro la vida de las personas más vulnerables. Además, los cambios ambientales favorecen la transmisión de agentes patógenos por aire, agua, alimentos y agentes vectores.

Por otro lado, los países con un índice de desarrollo humano medio y alto, tienen las tasas más altas de muerte relacionadas con la contaminación del aire, un 50% más elevadas que los países con IDH muy alto.

Se calcula que 3.3 millones de muertes que ocurren cada año están relacionadas con la contaminación del aire. En el caso de los países con un índice bajo, el problema es la contaminación del aire del hogar por no tener acceso a combustibles y tecnologías limpias para cocinar, según Lancet Countdown 2021.

Contaminación atmosférica

Dentro de los cambios ambientales hay algunos que son producto de un crecimiento tecnológico intensivo y descontrolado, que es amenazante para la salud directamente y, a largo plazo, para el entorno, favoreciendo el calentamiento global y el cambio climático.

«Un ejemplo es el de la contaminación atmosférica, que afecta a más del 90% de la población mundial, con la presencia en el aire de partículas de distinto tamaño, con efectos lesivos que repercuten tanto en el sistema respiratorio como en el resto del organismo», incide el doctor Francisco Pérez Jiménez, médico internista e investigador del IMIBIC.

«Hoy tenemos demostraciones de que la contribución de dicho incremento polucional a la mortalidad global, es superior a 6 millones de muertes anuales, similar a la del tabaco y superior a la de procesos tan prevalentes con el SIDA, la tuberculosis o la malaria».

De hecho, «el daño orgánico se debe a un subtipo de partículas pequeñas, con capacidad proinflamatoria, tanto pulmonar y sistémica, que condicionan un mayor riesgo de enfermedades pulmonar y cardiometabólicas, que incluyen diabetes, hipertensión, enfermedad cardiovascular, riesgo de trombosis, arritmias cardiacas, ictus isquémico e incluso deterioro cognitivo», explica el experto.

Qué pacientes son más vulnerables

Como resulta lógico, los pacientes en mayor riesgo de sufrir los efectos negativos de la polución son los enfermos más vulnerables, como sucede con la toxicidad respiratoria a la que son especialmente sensibles los pacientes con enfermedades pulmonares previas y con factores de riesgo, como fumadores y obesos.

Pero, además, estudios más recientes muestran que las personas sanas también son susceptibles al perjuicio de la polución, incluso en edades tempranas.

Además de la mortalidad derivada del calor extremo, «existe una asociación de éste con: un aumento de las muertes en personas con factores fisiológicos determinantes de causa cardiorrespiratoria, cerebrovascular, renal, o metabólica, por ejemplo, así como conductas sociales relacionadas con el consumo de alcohol y drogas; problemas de salud mental, eventos adversos en el embarazo y en los nacimientos; y un incremento de las consultas de Urgencias y de ingresos hospitalarios, y, en consecuencia, de los costes de la atención médica», indica la doctora Álvarez de Arcaya.

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